WASHINGTON. El gobierno de Estados Unidos arreció sus críticas contra Rusia por su apoyo a los separatistas ucranianos, a quienes acusó de derribar el jueves un avión de Malaysia Airlines, causando la muerte de más de 300 personas.

 

En unas de las críticas más duras del gobierno contra Rusia desde que la crisis en Ucrania comenzó a principios de año, el secretario de Estado John Kerry expuso los argumentos norteamericanos de que los separatistas son los culpables del derribo de la aeronave y que Rusia casi seguramente fue su cómplice.

 

Kerry exigió que Rusia actúe de inmediato para frenar a los rebeldes y apoye activamente una investigación transparente sobre lo que pasó con el avión.

 

“Este es el momento de la verdad par Rusia”, dijo Kerry. “Rusia está apoyando a estos separatistas. Rusia está armando a estos separatistas. Rusia está entrenando a estos separatistas y no ha hecho lo necesario para controlarlos”, insistió.

 

Dijo además que el gobierno estadunidense espera que el caso genere apoyo en Europa para un refuerzo de las sanciones contra Rusia por su política hacia Ucrania.

 

En varias entrevistas por televisión ayer, el máximo diplomático estadunidense citó un conjunto de investigaciones de inteligencia de Estados Unidos y reportes de redes sociales, diciendo que “esto apunta de manera muy clara a los separatistas”, quienes había disparado un dispositivo SA-11 suministrado por Rusia para derribar el avión.

 

“Queda muy claro que este sistema pasó de Rusia a manos de los separatistas”, afirmó.

 

Kerry dijo que la inteligencia de Estados Unidos comprobó que unas llamadas interceptadas en territorio en disputa en el este de Ucrania, donde se habló de los sucesos posteriores al derribo del avión, fueron hechas por separatistas.

 

Un video de un lanzador de proyectiles SA-11, al que le falta un misil, y saliendo del sitio de lanzamiento, fue verificado y dado por auténtico, añadió.

 

El secretario de Estado sostuvo los separatistas han derribado 12 aeronaves durante el último mes y que el jueves se jactaron del ataque al avión malasio hasta que se dieron cuenta de que se trataba de una nave comercial.

 

Kerry pidió al presidente ruso Vladimir Putin que cumpla su compromiso de promover una investigación internacional independiente sobre la caída del avión y que use su influencia entre los separatistas, quienes se apoderaron de la caja negra de la nave y los cadáveres de las víctimas.

 

“Este es un momento crítico de la verdad para Rusia, en el que deben dar un paso adelante y unirse a los esfuerzos para asegurarse de que haya una investigación completa” sobre el hecho, dijo.

 

También acusó a Rusia de “jugar” con una política en dos vías para Ucrania al hacer una cosa y decir otra. “Eso amenaza tanto los intereses regionales como a Ucrania misma“, agregó.

 

Obama culpa a separatistas prorrusos

 

Por su parte, el presidente Barack Obama, responsabilizó a los separatistas prorrusos por el derribo del avión. Las pruebas indican –según el líder demócrata– que el avión fue abatido por un misil tierra-aire “lanzado desde un área controlada por los separatistas respaldados por Rusia dentro de Ucrania”. El mandatario recordó que ésta no es la primera vez que un avión es abatido en la región ya que, en las últimas semanas, separatistas apoyados por Rusia destruyeron un avión de transporte y un helicóptero ucranianos.

 

El fin de semana Rusia y Estados Unidos acordaron una investigación neutral sobre el siniestro del avión malayo en Ucrania. Ambos países coincidieron en la necesidad de que todas las pruebas relacionadas con el tema sean puestas a disposición de una investigación internacional.

 

El gobierno ucraniano cargó contra Rusia y acusó al país vecino de ayudar a los separatistas “a destruir las pruebas de un crimen internacional”. Entretanto, llegaron a Kiev investigadores internacionales, entre ellos más de 130 especialistas de Malasia, y un equipo de Holanda, el país que cuenta con más víctimas entre los 295 pasajeros fallecidos del vuelo.

 

Los observadores de la OSCE reiteraron que no tuvieron libre acceso al lugar del siniestro del avión de Malaysia Airlines. Afirmaron además que los milicianos volvieron a dificultar el trabajo de los aproximadamente 20 representantes.