KADUNA, Nigeria. Estallidos de bombas aparentemente dirigidas contra el exgobernante militar nigeriano Muhamadu Buhari y un prominente clérigo musulmán moderado dejaron varias decenas de muertos este miércoles, pero los dos líderes salieron ilesos, según la seguridad nigeriana del estado.

 

Por lo menos 39 personas murieron en las dos explosiones, dijo Umar Usman Shehu, comisario de la Policía Estatal. Se espera que la cifra de muertos aumente porque testigos en los dos lugares dijeron que decenas de personas fallecieron en cada una de las explosiones.

 

El presidente Goodluck Jonathan condenó los atentados y dijo que “denuncia los cobardes ataques contra destacados líderes políticos y religiosos por parte de terroristas y enemigos de la nación en un odioso intento de inflamar las pasiones y exacerbar la intranquilidad, el miedo, la inseguridad y las divisiones en el país”.

 

Después de sobrevivir al atentado en un mercado, Buhari dijo que el ataque, “evidentemente un intento de asesinato, vino de un vehículo que se movía con rapidez y que hizo intentos de rebasar a mi vehículo de seguridad. Yo salí ileso, pero tres de mis agentes de seguridad sufrieron lesiones menores”.

 

Buhari es uno de los líderes del principal partido político de oposición de Nigeria, y ha criticado abiertamente al presidente Jonathan. Todavía no es candidato presidencial porque no se han anunciado oficialmente contendientes de cara a las elecciones del 2015.

 

La segunda agresión del “enemigo común”

 

El otro atentado con bomba pareció ser contra el jeque Dahiru Bauchi, quien pronunció un discurso por el mes sagrado del Ramadán ante miles de fieles en una ceremonia religiosa al aire libre. Bauchi es conocido por predicar contra el extremismo violento de los insurgentes islámicos nigerianos del grupo Boko Haram.

 

“Lo estaban esperando”, dijo el comisario policial Shehu con relación al niño que le lanzó la bomba al jeque. El clérigo sobrevivió la explosión pero el menor murió, dijo Shehu, quien agregó que no ha habido arrestos de inmediato.

 

La segunda explosión, ocurrida en el mercado al aire libre donde Buhari estaba unas dos horas y media después del primer atentado, dejó cuerpos y miembros esparcidos por doquier, dijeron testigos, quienes agregaron que más de 50 vehículos fueron destruidos.

 

El gobernador de Kaduna, Mujtar Ramalan Yero, declaró de inmediato un toque de queda de 24 horas después de los atentados de este miércoles, lo que dejó a muchos sin poder regresar a casa de su trabajo.

 

El gobernador no culpó directamente a Boko Haram, pero llamó a los agresores un “enemigo común” y dijo que no son verdaderos musulmanes.

 

Boko Haram ha matado a miles de personas en cinco años de insurgencia en Nigeria, entre ellos varios jeques y políticos destacados.