El dirigente del PAN, Gustavo Madero, considera que ha llegado la hora de impulsar con toda la determinación -o sea no nada más de a mentiritas-, la “Agenda por la equidad y la inclusión social”, para que todos, absolutamente todos los mexicanos seamos iguales; para que no existan tantos pobres en el país; para que hombres, mujeres, niños y niñas que trabajan ya no reciban salarios de miseria.
Consolidados, según el líder del blanquiazul, dos de los tres ejes del programa de acción del PAN, por los que ha luchado 75 años, que son, para quienes lo hayan olvidado, la democracia y la libertad, y el desarrollo económico, sólo falta el de la equidad y la inclusión social, que no es otra cosa que el combate a la desigualdad y la promoción de una mejor distribución del ingreso, precisó. ¡Es la hora de la justicia social! Exclamó “Maderito”; “es momento de impulsar una reforma a las estructuras sociales que mantienen la exclusión social y perpetúan la desigualdad en nuestro país”, agregó.
¿Estarán pensando los panistas emular a “Chucho el Roto” y a “Robin Hood”, quienes le quitaban el dinero a los ricos para dárselos a los pobres? Preguntan los desamparados. Nada de eso, parece responder el dirigente del PAN. Y explica: Lo que vamos a hacer es promover una Consulta Popular que deberá servir para animar un debate serio y profundo sobre la desigualdad social y de oportunidades en nuestro país y la exclusión de los más vulnerables de los beneficios del desarrollo y el crecimiento económico.
Y para qué el debate señor Madero, si todos sabemos que en México la mayoría de sus habitantes son desiguales, aunque hay unos más desiguales que otros; que la brecha entre pobres y ricos es cada vez más ancha; que las oportunidades -de trabajo, de estudio, de salud, de desarrollo- sólo existen para algunos cuantos, y que los beneficios del crecimiento económico que en los últimos años ha sido mediocre, son una vacilada porque no existen, responden los olvidados. Bueno, les guste o no el asunto, pareció decir Madero, el PAN va a realizar una consulta popular con una sola pregunta concreta, relevante.
¡Venga Papá, venga la pregunta que podría cambiar nuestras vidas! Urgen los que carecen de casi todo en esta vida. Pues ahí les va, dice Madero:
¿Estás de acuerdo en que la Ley Federal del Trabajo establezca que la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos fije un nuevo salario mínimo que cubra todas las necesidades de una familia para garantizar al menos la línea de bienestar determinada por la CONEVAL?
¡Qué bárbaro, qué talento, cuánta imaginación del líder! Exclaman sus seguidores.
Con esta Consulta Popular proponemos mejorar sustancialmente el ingreso de los trabajadores. Garantizar un salario digno para alcanzar un bienestar mayor de sus familias y ayudar a mejorar la distribución de la riqueza, reducir la pobreza y la desigualdad en México. Buscamos así, promover la dignidad de la persona humana, destinataria verdadera y autora de todo progreso, explicó Gustavo Madero. Y luego documentó lo que todo mundo ya sabe: Desde 1981 a la fecha, el salario mínimo ha perdido 70% de su poder adquisitivo, de haberse indexado el salario mínimo desde entonces hoy sería de 206 pesos al día. Y presumió que en los años que gobernó el PAN, el salario mínimo aumentó un 3% en términos reales, conservando así su poder adquisitivo durante ese periodo.
Y él mismo se preguntó: ¿Cómo se pueden cubrir las necesidades de una familia, de una persona que tiene como ingreso 67.29 pesos por día? Pues nada más no. Una comida corrida en cualquier fonda cuesta 40 pesotes, por ejemplo. Bueno, en los comedores de “Chayito” sale gratis, pero el único inconveniente es que sólo hay unos cuantos y no están en todo el país, acotan los malosos.
Pero a ver señor “Maderito”, el señor Ernesto Cordero, secretario de Hacienda en el sexenio de Calderón, dijo el 21 de febrero del 2011 lo siguiente: “Con ingresos de seis mil pesos al mes (tres salarios mínimos actuales) hay familias mexicanas que tienen el crédito para una vivienda, que tienen el crédito para un coche, que se dan el tiempo de mandar a sus hijos a una escuela privada y están pagando las colegiaturas”. ¡Eso fue una broma cruel de un funcionario inepto! Podría responder el dirigente del PAN.
Ahora bien, resulta obvio suponer que todos los que participarán en la consulta popular a la que está convocando “Maderito” van a contestar que SÍ, que sí están de acuerdo en que la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos fije un nuevo salario mínimo que cubra todas las necesidades de una familia para garantizar al menos la línea de bienestar determinada por la CONEVAL. ¿Qué va a hacer el PAN? Nada, no va a poder hacer nada.
¿Por qué burlarse de esa forma de los desiguales?
AGENDA PREVIA
Un observador de la cuarta edad -y por eso mismo más allá del bien y del mal- revisó párrafo por párrafo, frase por frase, palabra por palabra y letra por letra las leyes secundarias de la reforma energética que ya están cuasi-cocinadas, y solamente tuvo fuerzas para musitar una inútil queja con el débil hilo de voz que le ha quedado después de sus muchos años vividos, los que convertidos en sexenios suman 12:
“¡Ya nos saquearon… y nos volverán a saquear!”
(One more time).