GAZA. Las confusiones sobre inminentes treguas continuaron. Un alto funcionario de la Organización para la Liberación de Palestina propuso un cese al fuego diciendo que hablaba en nombre de Hamás, pero poco tiempo después un vocero del grupo islámico lo contradijo. Ya pocos creen en los llamados a la tregua.

 

La propuesta de cese al fuego fue hecha en Ramala, Cisjordania, por un dirigente de la OLP, de la que Hamás no forma parte. El grupo más poderoso dentro de la OLP es Fatá, al que pertenece el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, el principal rival político de Hamas.

 

Los ataques ocurrieron luego de que el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu advirtiera el pasado lunes que habrá una campaña “prolongada” contra Hamás, se desconoce si esto significa que Israel ha decidido ir más allá de su objetivo inicial de diezmar la capacidad de Hamás para lanzar cohetes y eliminar los túneles militares del grupo construidos cerca de la frontera entre Gaza e Israel.

 

El vocero del Ministerio de Sanidad, Ashraf Al Qedra, explicó en un comunicado que los ataques por tierra, mar y aire se han recrudecido durante la jornada, y han causado la muerte de 100 personas y herido al menos a otras 500.

“Desde el inicio de la operación israelí sobre Gaza, al menos 1.230 palestinos han muerto y 6.700 han resultado heridos, dos terceras partes de ellos civiles, incluidos mujeres y niños”, afirmó el portavoz palestino.

Según la fuente, las fuerzas armadas israelíes “atacaron casas, edificios, centros de prensa, descampados, mezquitas y granjas”.

Testigos y fuerzas de seguridad palestinas notificaron que los peores bombardeos fueron contra varias viviendas del campo de refugiados de Al Bureij, en la región central de Gaza, donde perecieron 17 personas.
Entre ellos, murieron el alcalde del vecindario, Anis Abu Shamalah, y varios menores y mujeres.

La policía palestina dijo que la casa de Ismail Haniye, el antiguo primer ministro de Hamás y vicepresidente del movimiento islámico, fue completamente destruida durante un bombardeo sobre un campo de refugiados al oeste de la ciudad de Gaza.

Sedes de medios relacionados con Hamás, como la televisión de Al Aqsa o las oficinas de sus agencias de noticias, fueron también derribadas, así como varias mezquitas.

Al mismo tiempo, la corporación eléctrica informó de que alrededor del 90 por ciento de la población, unos 1.8 millones de personas que viven en la franja, permanecen sin electricidad desde medianoche, después de que los aviones de guerra israelíes alcanzaran los tanques de combustible de la única planta del enclave.

Mohamed Al Sharif, director de la central, notificó en un comunicado que dos misiles tierra-aire impactaron en los tanques de la estación a las 7 de la mañana reduciéndolos a cenizas, mientras que el fuego destruyó la turbina principal que genera electricidad.

“Con la destrucción de la planta eléctrica y los daños causados en unas nueve líneas del suministro que llega de Israel, hay una gran escasez de energía y cerca del 90 por ciento de la población sufre un apagón”, expuso el funcionario.
Israel ha perdido 53 soldados, además de dos civiles, y en su territorio murió un ciudadano tailandés.