La presunta denominación de “vacaciones verdes” se refiere más a los viajes a destinos con naturaleza o donde esta, destaca de alguna forma, pero sin embargo también puede tener una connotación añadida, sobre buenas prácticas ambientales, como viajeros o demandando estas formas de gestión más ambiental en la oferta turística e incluso demandando una serie de productos y servicios turísticos y no, relacionados directamente con el consumo verde.

 

El segmento de población cautiva al consumo verde, es realmente impresionante, no ya por su tamaño, que crece a veces hasta exponencialmente, sino sobre todo por su gran fidelidad, provocando lo más deseado, una demanda cautiva, dispuesta a pagar más, por este tipo de productos asociados.
Es un hecho que en estos últimos años, en plena crisis económica, estos consumidores no solo han mantenido su compra, sino que incluso se ha incrementado el volumen de mercado, muy notoriamente.

 

Por eso, nos induce a pensar que debería haber una correlación, entre esta evolución positiva y su traducción al turismo, tema que no esta muy claro, porque quizás todavía no se implementa esta posibilidad.

 

Se parecía poco, aunque cada vez mas en los mercados emisores mas maduros, el aumento de expectativas verdes en el turismo, aunque como dije se nota mas en la restauración, por ejemplo.
La oferta turística apenas está recogiendo la señal de este consumo verde, que debería también traducirse en “salud” y en concreto “salud, bienestar natural” en todas sus manifestaciones, tanto a nivel fisiológico, como psicológico o emocional.

 

Pero los que están alertas a este cambio o mas bien, proceso evolutivo son las grandes compañías, que se apuntan a este carro verde, mediante un “green washing” o lavado con tinte verdoso de diferentes productos de consumo.

 

Desde hace tiempo en hoteles de 4 y 5 estrellas, es fácil observar una sección de alimentación orgánica o bio, además de los característicos avisos “eco” de toallas y otros amenitis. En alojamientos rurales se presume de productos de huerta orgánica.

 

Los mercados maduros, con expectativas mas altas esperan disfrutar de experiencias acordes a lo prometido y el lavado verde, cada vez será mas ineficiente.

 

Lo que sí es cierto es que si un destino turístico o empresa quiere captar parte de esta importante demanda y en especial tenerla cautiva, no les bastara con esa pintura verde, sino deberán actuar en la cadena de valor turística, tanto a nivel de territorio, experiencia y producto, incorporando estos elementos y factores que determinan una satisfacción, relacionada con ese bienestar natural perseguido, que por otra parte implica, sencillamente una mejora de la calidad en el territorio objetivo y de la imagen a percibir por el público.

 

Puede que hablemos de un nicho muy interesante que cada vez atrae mas adeptos.