Práctica común de las películas sobre enfermos terminales: caer en la trampa del chantaje maniqueo y lacrimoso cómo única vía para conmover y exponer el drama humano.
50/50 es una película sobre un joven con cáncer, pero a diferencia de muchas otras, ésta busca eludir, a toda costa, el lugar común, apostando por una herramienta que a la postre resulta más honesta: el humor.
Adam (Joseph Gordon-Levitt) es un joven de 27 años que trabaja para una estación de radio. Un día amanece con dolor de espalda, va a al doctor y después de algunos estudios recibe la noticia, tiene un cáncer que ataca a la columna vertebral. Después de investigar por internet, Adam descubre que las probabilidades de sobrevivir a su enfermedad son justamente la mitad, un cincuenta por ciento.
A continuación sucede todo lo predecible en estos casos: la difícil tarea de comunicar la noticia con la novia y familiares, esperar el llanto de su madre, recibir el tímido apoyo de sus compañeros de trabajo, así como la extraña condescendencia de todos los anteriores.
De todos excepto de uno, Adam tiene un mejor amigo llamado Kyle (Seth Rogen, sensacional) quien se empeña en convencer a Adam que la situación no es tan grave: “si estuvieras en un Casino, 50/50 son las mejores probabilidades de ganar”.
Con un optimismo a prueba de balas, Kyle arrastra a Adam a fiestas y antros para que conozca chicas (“decir que tienes cáncer atrae mujeres”), le consigue mariguana para disminuir los dolores de la quimioterapia, lo acompaña a comidas con sus recién conocidos amigos, pacientes todos de edad avanzada que como Adam también acuden a la quimio en búsqueda del milagro.
La cinta está “inspirada” en hechos reales y aunque usualmente esa frase ha acompañado a algunas de las peores películas en la historia, en este caso resulta por demás afortunado. Y es que el guionista de esta cinta, Will Reiser, fue diagnosticado de cáncer en la espina dorsal cuando apenas tenía 25 años. Su mejor amigo, Kyle, fue quien lo ayudó a sobrellevar esa etapa. Inspirado en su propia experiencia, Reiser escribió el guión de esta cinta, alejándola de la autocomplacencia, el patetismo y el drama tramposo que usualmente acompaña a estas historias.
Aun con todo, alguien podría decir que esta visión humorosa pero nada condescendiente de un enfermo terminal resulta tan o igual de falsa que un drama lleno de dolor y lágrimas; podría ser, pero la química entre Gordon-Levitt y Seth Rogen le da una autenticidad y profundidad que no se alcanzan con el mero chantaje sentimental.
Al final, más que una película sobre el cáncer o sobre como sobrellevar la noticia de tu propia muerte, 50/50 es una cálida película sobre la amistad, despojada de cualquier resquicio de cursilería y sentimentalismo baratos. Adam y Kyle son más que amigos, casi hermanos, y estarán juntos hasta el final, pero siempre con una sonrisa y sentido del humor.
50/50 (Dir. Jonathan Levine, 2011)
3 de 5 estrellas.
Guión: Will Resiner. Producción: Nicole Brown. Fotografía: Terry Stacey. Con: Joseph Gordon-Levvit, Seth Rogen, Anna Kendrick, entre otros.