MADRID. El sacerdote español Miguel Pajares, repatriado hoy desde Liberia, se ha convertido en el primer infectado con el virus del Ébola que llega a Europa y se encuentra estable aislado en un hospital de Madrid donde recibe tratamiento.
El religioso, de 75 años de edad y perteneciente a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios (OHSJD), llegó a España 36 horas después de que las autoridades españolas decidieran repatriarlo para ser tratado por su enfermedad.
Junto a él, en un avión del Ejército del Aire español preparado con todas las medidas médicas y de seguridad para evitar contagios entre la tripulación y el personal médico, viajó también la monja de origen guineano y con pasaporte español Juliana Bonoha Bohé, quien no está infectada con el virus.
Envueltos en un dispositivo de seguridad formado por vehículos de la Policía Nacional y la Guardia Civil, tres ambulancias equipadas con medios de aislamiento biológicos han trasladados a los dos misioneros y a parte del equipo médico que les han acompañado durante el viaje hasta el hospital Carlos III de la capital española.
Pajares se encuentra estable y febril, respira espontáneamente y no tiene hemorragias, según informó la Consejería de Sanidad de la región de Madrid, que indicó además que la religiosa se encuentra “en muy buen estado general”, aunque tiene fiebres tifoideas.
El jefe de medicina Intensiva de los hospitales de La Paz y Carlos III, Abelardo García, afirmó que los pacientes están completamente aislados, asistidos y controlados por dos médicos internistas e intensivistas, cuatro enfermeras y cuatro auxiliares por turno, y personal de apoyo.
La planta en la que se encuentran está sometida a fuertes controles y los médicos y personal sanitario que les atienden visten trajes de protección completa para “evitar contacto con cualquier fluido o secreción” de los pacientes.
La directora general de Salud Pública, Mercedes Vinuesa, explicó en rueda de prensa que la operación del traslado ha sido “exitosa” e incluso están recibiendo peticiones de información de otros países europeos como Francia, ante el supuesto de que tengan que enfrentarse a un caso similar.
La funcionaria destacó que los riesgos de contagio son “absolutamente bajos” y aseguró que se han tomado todas las precauciones.
El Gobierno español se ha hecho cargo en un principio de los gastos de repatriación que, según explicó Vinuesa, deberán ser asumidos por la Orden del religioso.
Esta decisión ha levantado una polémica y mientras que desde el partido socialista PSOE -la mayor formación de la oposición- se ha aplaudido la repatriación, se pide que el Gobierno del Partido Popular (centroderecha) se haga cargo de los costes.
Similar opinión expresó a Efe el portavoz de Izquierda Unida en la Comisión de Sanidad y Asuntos Sociales del Congreso de los Diputados, Gaspar Llamazares, quien calificó de “despropósito” que el Gobierno decidiera repatriar al religioso “por motivos sanitarios y humanitarios”, pero luego anuncie que iniciará los trámites para que la Orden asuma el traslado.
El portavoz del PP en el Congreso, Alfonso Alonso, dijo le parece “un asunto suficientemente serio para que no sea utilizado políticamente”.
Por su parte, la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios pidió, como “prioridad absoluta”, que se establezca un dispositivo sanitario en el Hospital San José de Monrovia, para poder atender “adecuadamente” a las personas que se han quedado allí.
Entre esas citó a los religiosos Georges Combey, Chantal Pascaline y Paciencia Melgar, así como al administrador del centro Eugene Osei-Wusu.
Allí también se encuentra el enfermero voluntario camerunés William Ekeurm, que está atendiendo a Chantal y Paciencia, enfermas de ébola, según el resultado de las pruebas y análisis que se les practicaron el lunes.
En un comunicado, la ONGD Juan Ciudad agradece “todo el esfuerzo” que han hecho las distintas administraciones públicas implicadas en la repatriación de Pajares y Bonoha, a la vez que anunció que este viernes dará la información pertinente en relación a “los compromisos que esta institución asume con respecto a la repatriación”.
Miguel Pajares, natural de Toledo (centro), permaneció aislado desde el pasado viernes en el hospital San José de Monrovia, junto con otras cinco personas, después de la muerte por ébola del director del centro, el hermano Patrick Nshamdzea, a quien el religioso español cuidó.