¡Decepcionante, de-cep-cio-nan-te!  Así califican algunos funcionarios del gobierno federal la presentación que hace unos días hizo René Villarreal, coordinador de asesores y de Planeación Estratégica  del secretario de Agricultura, al presidente Enrique Peña Nieto sobre la reforma al campo.

 

¡Pero cómo, si el doctor Villarreal es una “chucha cuerera”! Exclaman sus seguidores. Pues sí, pero del campo mexicano no sabe gran cosa; a lo mejor de los campos de golf conoce bastante, señalan los malosos. Bueno, dice el dicho que “no tiene la culpa el indio sino quien lo hace compadre”, que en este caso aplica para el secretario de Agricultura, Enrique Martínez y Martínez, quien ha dejado “la gran reforma al campo mexicano”, como la ha calificado el Jefe del Ejecutivo, en manos de un grupito de funcionarios y ex funcionarios que tienen una visión miope, perdón, diferente para resolver la grave problemática que enfrenta el sector primario de la producción.

 

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Y es que, dicen los que saben del asunto, el secretario Martínez tuvo la ocurrencia de contratar a un par de los llamados “emisarios del pasado” para que diseñaran la nueva estrategia agropecuaria, propusieran programas para aumentar la productividad y volvieran competitivos a los millones de campesinos que no tienen ni para comer. Y lo primero que hicieron fue convocar  a todos los productores del país a “mesas de análisis”, “foros agroalimentarios” y eventos similares, con el fin de “actualizar el diagnóstico” de los sectores agropecuario y pesquero.

 

El columnista preguntó a un importante funcionario del gobierno: ¿Por qué si el sector está sobre diagnosticado, insisten en ese tipo de reuniones? La respuesta fue la siguiente: ¡Es que necesitamos ganar tiempo! ¿Tiempo? Si llevan décadas estudiando, analizando, reflexionando sobre la situación del campo mexicano y la conclusión es que cada año está más fregado, revira el columnista. No hombre, tiempo para que las reformas estructurales que aprobó el Congreso empiecen a dar frutos, aclaró. Además, la del campo no va a ser una reforma sino un “gran  acuerdo” entre todos los protagonistas de todos los sectores, de todas las dependencias que tienen injerencia; los campesinos de ayer, de hoy, de mañana.  Y es que la neta, la neta, hay muy poco que reformar en el campo, por no decir que nada, confesó el funcionario.

 

Un atento y preocupado observador recuerda que el mismo secretario de Agricultura ha dicho en varias ocasiones que él no tiene instrucciones del “jefe”  de hacer una reforma al campo. ¡Eso dijo don Enrique! No puede ser, no puede ser,  insistió el observador. Pues “te lo firmo y… te lo documento”. Y suelta lo que dijo el secretario de Agricultura hace un mes en Cancún.  No, no estaba tirado en la playa tomando el sol, como muchos malosos podrían pensar, estaba trabajando en lo suyo, que es el campo, aclara. Va:

 

“El presidente de la República nos instruyó para hacer esta sinergia para la transformación del campo. Yo prefiero llamarle así, porque ya de tantas reformas y reformas, ya la gente está cansada de las reformas.

 

 

“Yo dije desde que entramos que no podemos tener un campo competitivo si no tenemos una banca de desarrollo. ¿Y la Financiera Rural? La Financiera Rural prestaba a tasas del 6, del 8, del 10, del 12 arriba que la banca comercial. Y eso, lo he dicho siempre, eso aquí y en China no es una banca de desarrollo.

 

 

“La Reforma Financiera que se dio el año pasado, destrabó y permitió que ya se quitara la Financiera Rural y emergiera la Financiera Nacional de Desarrollo Agroalimentario.

 

 

“La Financiera Nacional podrá prestar con un dígito y con un control de las dispersoras, porque luego la Financiera da el recurso pero las Sofomes o las Sofoles le cargan una comisión de interés que pone en desventaja a los productores.

 

 

“Vamos muy bien, hay una coordinación en estos temas con la Secretaría de Hacienda y esperamos en unos días que puedan ustedes ver este gran cambio en materia financiera para el campo.”

 

 

¡Ya entendimos, ya entendimos! Podrían responder los campesinos. Quien se encargará de la “sinergia para la transformación del campo” no va a ser el secretario Martínez, sino el director de la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero, que dirige Juan Carlos Cortés.

 

¡Pues claro, él es el que sabe cómo hacer un campo productivo y competitivo!

 

Pues siendo así, cualquiera podría suponer que a la Sagarpa la van a “redimensionar” y por lo mismo no va a hacer la reforma al campo que tanto han prometido. No, no, no, responden aquellos que tienen tierra, tanto en las uñas de las manos como de los pies. A nosotros nos prometieron una reforma y ahora nos cumplen. ¿Se los habrán firmado? Preguntan los analistas agropecuarios bisoños.