Muchas veces el futbol es usado por los gobiernos como herramienta para hacer propaganda, controlar o mantener el statu quo, pero otras muchas desde la cancha de futbol se han logrado levantar los ánimos de todo un pueblo.
Era 1941 y Adolf Hitler había decidido invadir la Unión Soviética, Ucrania sería la primera plaza en ser ocupada.
Kiev estaba azolada por los nazis, el ejército rojo no oponía mayor resistencia.
Jugadores profesionales de la liga dejaban sus equipos para enlistarse en el ejército, otros, los menos, se mantenían jugando.
Para agosto de 1942, Kiev había caído en manos de los nazis, la liga quedó cancelada y muchos de los jugadores fueron mandados a campos de concentración o tuvieron que vivir refugiados escondidos de los militares alemanes.
El equipo más importante de Ucrania, el Dinamo, que jugaba en la capital, fue de los primeros en quedarse sin jugadores.
Mykola Trusevych logró escapar de la SS, deambulaba por las calles de Kiev como un pordiosero, logró conseguir un empleo como limpiador en una panadería.
El dueño del establecimiento, Iosif Kordik , ferviente seguidor del Dinamo, se dio cuenta que su empleado era nada menos que el arquero titular del equipo.
Los nazis organizaron un torneo futbol con el objetivo de pacificar y tratar de llevar a la normalidad a los habitantes después de la invasión.
Trusevych con el apoyo económico y moral del panadero Kordik, buscó a sus excompañeros, reunió rápidamente a 11 jugadores para entrar al torneo local.
Había cierta reticencia de algunos jugadores de entrar al campeonato, unos alegaban que jugar contra los nazis era como colaborar con ellos, otros sostenían que si ganaban podía servir para levantar el ánimo de los ucranianos.
Se resolvió que jugaría, el primer rival fue el equipo de las Guarniciones húngaras, el FC Start ganó 6-2, después de derrotar a los húngaros siguieron las Guarniciones rumanas quienes ni las manos metieron, perdieron por un aplastante 11-0.
Le siguieron cinco triunfos más de forma consecutiva, nadie podia con los poderosos ucranianos, ni los propios alemanes que perdieron 5-1.
Todo Kiev hablaba de las hazañas del grandioso FC Start, fue entonces cuando los alemanes empezaron a preocuparse.
Los triunfos del FC Start podrían inspirar a los ucranianos y bajar la moral de las tropas.
Para el nueve de agosto de 1942, los oficiales alemanes pidieron la revancha, el árbitro era un oficial de las SS, era el momento culminante, los ojos de toda Ucrania estaban puestos en el juego. Si podían ganarle a los alemanes en la cancha, podían ganarles fuera de ella.
Literalmente era un juego de matar o morir, en el primer tiempo el equipo ucraniano lo ganó 3-1, se dice que en el vestidor, hombres armados sin identificarse los amenazaron, si ganaban el partido morirían.
Para el segundo tiempo, ninguno de los equipos del FC Start bajó los brazos, es más consiguieron dos goles más, el juego terminó 5-3 a favor de los locales.
Días después, uno a uno de los jugadores del Start fueron desapareciendo para luego ser localizados en campos de concentración, fueron llevados ahí con el pretexto de que eran espías de la policía secreta comunista.
Los jugadores comunistas lograron que, aunque sea por un momento, sus compatriotas se olvidaran de los horrores de la guerra, y además les dieran la esperanza de derrotar a los nazis no solo en una cancha de futbol .