A Alejandro Ruiz, chef de chefs

de la nueva cocina oaxaqueña

OAXACA. Ante la apatía de la Secretaría de Educación Pública y la complicidad de la Sección 22 de maestros-gobernador Gabino Cué, Oaxaca declaró el jueves 14 su soberanía educativa con una ley de educación diferente y hasta contraria a la federal.

 

Realizada por la 22, basada en su Programa para la Transformación de la Educación en Oaxaca (PTEO) y alternativa a la reforma educativa constitucional aprobada en 2013 en el Congreso federal, la iniciativa ya fue firmada por el Gobernador constitucional y enviada al Congreso local.

 

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Lo de menos es que ahí sea rechazada, aunque la coalición del gobierno estatal PAN-PRD-PT-MC y quizá Unidad Popular junten 22 de los 42 diputados y hagan una mayoría absoluta de 52.3%. El PRI y el Verde suman 18 diputados, 42.8%. Si el PRD en el Congreso local logra convencer al PAN que aprobó la reforma constitucional federal, entonces el panismo oaxaqueño también le daría un severo golpe político al PAN nacional porque votaría por una ley educativa local contraria a la reforma constitucional que avaló en diciembre de 2013.

 

El secretario de Educación, Emilio Chuayffet, aparece ya como el gran derrotado con la sola presentación de la reforma. A lo largo de un año permaneció ajeno a la disputa política educativa en el estado, no ha podido someter a los maestros oaxaqueños a la disciplina de la nueva ley y también estuvo distante de las negociaciones de la 22 con la Secretaría de Gobernación.

 

Si la Sección 22, alma de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, logra imponer su reforma en el congreso local, entonces las secciones de Guerrero, Chiapas, Michoacán y parte del DF también se deslindarán de la reforma constitucional promovida por el presidente Peña Nieto. Y se instalaría la balcanización educativa.

 

Arrinconado por sus compromisos secretos con la 22 que le permitieron ganar las elecciones en 2010, el gobernador Cué firmó el jueves la iniciativa al Congreso en un ambiente de movilización de los maestros: un enésimo plantón en el centro histórico justo en temporada de vacaciones y el viernes la toma revolucionaria de gasolineras para regalar el producto y la toma de una planta de Pemex y de accesos al aeropuerto; como consecuencia, un paro empresarial de actividades de gasolineras y hoteles de 24 horas mostró la pasividad y complicidad gubernamental ante los desmanes de la 22.

 

En el DF, la SEP guardó silencio. Y volvieron a circular revelaciones del acuerdo secreto de la Secretaría de Gobernación con la Sección 22 en noviembre de 2013 para diluir algunas de las exigencias de la nueva ley educativa, sobre todo en lo que se refiere a revisión del nivel de los maestros. Esa minuta fue catapultada por los líderes de la 22 para declararse en rebeldía institucional ante la ley federal, pactar con el gobernador Cué el diseño de otra ley estatal de educación y ayer mismo turnarla al Congreso local.

 

La declaración de la soberanía educativa por la 22 se hace, obviamente, con cargo al erario público porque la educación en Oaxaca, controlada por la 22, seguirá financiándose con el presupuesto federal y los salarios continuarán fluyendo independientemente de si los maestros enseñan o se van a marchas y plantones. El secretario Chuayffet aparece distante a la problemática educativa de Oaxaca. Hasta ahora el titular de la SEP no ha cumplido en Oaxaca su amenaza de no pagar a maestros que no den clases, lo que ha multiplicado los desplantes de violencia social de los maestros de la CNTE.

 

Al firmar la iniciativa de ley de la 22, el gobernador Cué le quitó al gobierno federal la rectoría de la educación y se la entregó a los maestros disidentes y sus objetivos de educación para la revolución.