Accedió a conocer a MacAskill, quien tomó un taxi al hotel Mira, en Hong Kong. Pasando la entrada de ónix, encontró a Poitras en el lobby. Subieron al cuarto 1014. Adentro de esa habitación, MacAskill encontró a un joven sentado en la cama, vestido con una playera blanca, jeans y tenis para entrenar. Se presentaron. Era Edward Snowden.

Un pequeño portafolios en el suelo, los restos del lunch en una mesa y cuatro laptops en el cuarto. Poco había traído desde Hawai. Un libro resaltaba: Angler: The Shadow Presidency of Dick Cheney, escrito por Barton Gellman, de The Washington Post. El texto habla de cómo el vicepresidente de Estados Unidos puso en marcha programas especiales secretos a partir del 11 de septiembre 2011, como STELLAR WIND.

El capítulo seis de ese libro habla de cómo el gobierno de Estados Unidos interviene emails, faxes y llamadas de teléfono de sus ciudadanos, colecta millones de datos, bajo el argumento de las amenazas terroristas.

El encuentro con Ewan MacAskill fue amable hasta que el experimentado reportero de The Guardian sacó su iPhone y le preguntó a Snowden si podía grabar la entrevista, tal vez, tomar algunas fotos en la habitación.

Snowden saltó de la cama y levantó los brazos gritando que eso era muy peligroso, como si hubiera invitado a la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos a su cuarto. El joven técnico explicó que la agencia de espionaje era capaz de convertir un smartphone en micrófono y dispositivo para rastrear personas. Llevarlo a la habitación fue un error de seguridad que no tuvieron en cuenta. MacAskill, nervioso, tiró el teléfono lejos de la puerta, mientras Snowden apilaba almohadas en la puerta para evitar ser escuchados desde el pasillo. Cuando fue a encender sus computadoras, se puso una sudadera roja con gorra que cubría las pantallas, para que el password estuviera protegido de cualquier cámara secreta que estuviera alrededor.

The man in the room, es el título del capítulo 5 de The Snowden Files, escrito por Luke Harding, corresponsal de The Guardian.

Pocos hablan ya de Edward Snowden. Los medios han dejado de lado su historia. Pasó de moda. Su impacto se ha reducido a un seguimiento que no vende periódicos ni revistas. De todas formas, a México, Snowden llegó tarde y mal.

Pocos mexicanos entienden la relevancia de lo que este sujeto provocó en el mundo. De cómo pasará a los libros de historia del futuro como un capítulo obligado que se debe leer (si es en México tal vez aprender de memoria ante lo cuadrado de los profesores) para entender parte de lo que acontecía entre la tecnología, la sociedad y los servicios de inteligencia que brindan poder a las potencias con base en la información. Secreto que sirven para cambiar el rumbo de la toma de decisiones.

En medio de libros y películas alrededor de Steve Jobs y otros sujetos que han cambiado nuestro comportamiento como seres humanos, surgen un libro que habla de Snowden. Aunque a usted no le importe, debe tomar en cuenta que este joven tiene un gran valor y que Estados Unidos está muy preocupado por todo lo que dice o hace. Es más, algunos teóricos consideran que existe el periodismo antes y después de Snowden.

Luke Harding, reportero de The Guardian, publicó recientemente The Snowden Files. Es la historia que no todos conocemos del contratista de la NSA de 29 años. Son los secretos del joven que puso al gobierno de Estados Unidos y Gran Bretaña de cabeza al soltar parte de los archivos que recopiló violando las leyes de los más poderosos.

Puedo decir que es el ídolo de muchas personas que están de acuerdo en que la intimidad el algo sagrado. Nadie, si lo piensa, quiere que todo el mundo sepa todo lo que hace. Claro, están los estúpidos de Twitter y Facebook que les encanta hacer público hasta cuando pisan una cafetería o se toman un selfie manejando un auto costoso con la camisa abierta hasta la prominente panza para enviárselo a alguna pretendiente, o las mujeres que se toman la foto con poca ropa frente al espejo del baño (¿de verdad no les da pena?).

Perdón por desviarme. Estoy hablando de The Inside Story of the World´s Most Wanted Man, de Luke Harding, corresponsal de The Guardian.

En resumen, se publicaron los detalles del hombre más buscado del planeta que hoy pasa sus minutos en Rusia, mientras en Estados Unidos inventan qué hacer para enviarlo a una prisión y no dejarlo hablar nunca más.