En el mundo viven siete mil millones de personas. Para mediados de siglo, esta cifra se incrementará a nueve mil millones de habitantes (más de 150 millones en México). Satisfacer las necesidades alimentarias del planeta de manera sustentable plantea un reto mayúsculo.

 

¿Contamos con los recursos para alimentar a cada una de esas personas? ¿Cómo hacerlo sin depredar el planeta? ¿Cuáles son los hábitos alimenticios que debemos modificar para asegurar nuestra supervivencia? ¿Son los alimentos transgénicos una opción segura? ¿Dónde comenzar?­ Comprometida con la conservación, exploración e investigación del planeta mediante la documentación de sus principales problemáticas, la revista National Geographic en Español lanzó en mayo el concepto “El futuro de la comida”. La idea es cubrir tres áreas claves:

 

Problematica_Campo-1

 
+La editorial. La revista, en sintonía con los esfuerzos de la oficina central (localizada en Washington), publicará seis artículos, uno por mes hasta diciembre.  En paralelo, W Radio realizará algunos especiales al respecto con la asesoría de National Geographic.

 

+La urbana. National Geographic ha montado una exposición fotográfica sobre la calle de Álvaro Obregón, en la colonia Roma del Distrito Federal, donde se puede apreciar cómo diversos países  enfrentan el reto de producir suficiente alimento para nueve mil millones de personas.

 

+Conferencias. El 29 de agosto se realizó el congreso “El futuro de la comida” en el Hotel Four Seasons, donde representantes de diversos frentes (Conabio, ONU, empresas privadas del sector alimenticio, Organismos No Gubernamentales y hasta chefs) discutieron los puntos de mayor relevancia.

 

La iniciativa de National Geographic es bienvenida. Los efectos del cambio climático en la producción agrícola y de alimentos son evidentes en varias regiones del orbe. De acuerdo con los datos más recientes del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC), organismo representado en el evento de National Geographic por el doctor Omar Masera, el impacto más grave se espera en las zonas tropicales.

 

Temperaturas más altas y eventos climáticos extremos reducirán los rendimientos promedio para los principales cultivos (trigo, arroz y maíz) y aumentarán la variabilidad de las ganancias de una temporada a la siguiente. También se espera que los precios de los alimentos aumenten con el cambio climático global (los incrementos estimados oscilan entre 3% y 84 % para 2050). Algunos agricultores ya reaccionan frente a la amenaza.

 

La agricultura posee un alto potencial para mitigar el cambio climático. Detener el uso de nitrógeno químico como fertilizante y la sobreexplotación del suelo, así como cambiar a fertilizantes orgánicos, mejorar la gestión del agua y las semillas, restaurar suelos orgánicos y la agrosilvicultura, son sólo algunos ejemplos de cómo las prácticas ecológicas podrían contribuir directamente a la reducción de gases de efecto invernadero. Se requiere de un cambio telúrico en la forma en que producimos nuestros alimentos. El actual modelo de agricultura intensiva con químicos y combustibles fósiles contribuye en gran medida al calentamiento global. La hambruna y el desabasto, recordemos, producen migraciones masivas y reacomodos geopolíticos que podrían generar conflictos armados en las zonas menos favorecidas.

 

El cambio de paradigma necesario para combatir estos problemas es impensable sin la participación de las empresas que controlan la industria alimenticia. El foro de National Geographic incluyó participaciones de Bimbo y Coca Cola, entre otras corporaciones muchas veces satanizadas por activistas y las ONG. El tono fue de conciliación y responsabilidad social. Enhorabuena. El objetivo es que todos los actores involucrados se concentren en formular una agenda común que permita asegurar un futuro con comida para todos. No va a ser fácil, claro, pero a estas alturas no queda otra opción.