¿Desde cuándo es normal que un jugador diga “no” a la capitanía de su Seleccionado Nacional? Al menos para la Selección Nacional de Futbol Mexicana sí lo es desde al menos hace un par de años. Desplantes y desdén hacia el Tri. Y es que así como en esta semana Francisco Javier Rodríguez rechazó portar el gafete Tricolor, antes ya lo había hecho Carlos Salcido en dos ocasiones; una antes de los juegos Olímpicos y una más en la efímera etapa de Víctor Manuel Vucetich. Detalle que se une al rechazo constante de Carlos Vela a las convocatorias de Chepo, Vucetich y Herrera, la momentánea negativa de Guillermo Ochoa para acudir a un llamado al final de la época de José Manuel de la Torre, sin olvidar las malas caras de Jesús Corona por pláticas ventiladas en la intimidad del Tri, entre algunas otras sutilezas.
Verde que se destiñe. El pasado miércoles por la tarde en San Francisco, California, donde el Tri del Piojo se medirá a Chile mañana por la noche, Herrera declaró sobre la designación del gafete de capitán, una vez que Rafael Márquez dijo adiós al Tri.
Y así, con ligereza soltó la negativa del Maza: “Estaban él (Guardado) y el Maza. Éste obviamente no quiere, pero Andrés asume ese liderazgo y ese compromiso y tiene los blasones”. ¿El Maza obviamente no quiere?, ¿dónde está la obviedad de rechazar el liderazgo del equipo nacional?
Lo cierto es que la costumbre de desdeñar al Tri es algo que no sólo se ha extendido, sino que se ha hecho cotidiana. Nada más recordar cuando previo a los Juegos Olímpicos de Londres, Luis Fernando Tena esperaba que Carlos Salcido sería el capitán de su Selección, pero no contaba con la negativa de uno de sus refuerzos para la competencia olímpica para liderar a los muchachos, compromiso que a la postre asumió el arquero José de Jesús Corona.
Más desaires: el del mismo Salcido, convocado para jugar ante Chile y Bolivia, para un día después anunciar su adiós al Tricolor, y ¿qué tal los incontables rechazos de Carlos Vela a los llamados de los últimos tres técnicos nacionales? Incluso Guillermo Ochoa, fastidiado de ser suplente, también condicionó su llamado al Tri en la agonía de la etapa del Chepo de la Torre.
Lo del Maza Rodríguez sólo exhibe lo poco atractivo que resulta el Tri hoy en día para algunos jugadores. Ahí está José de Jesús Corona, quien no acudió al llamado por una supuesta lesión, pero sí jugó con Cruz Azul, y ni hablar de la incomodidad de Moisés Muñoz, recortado para el Mundial de Brasil y ahora convocado por la lesión de Talavera. Al cancerbero americanista ni siquiera le avisó Herrera sobre su llamado, sino el auxiliar Diego Ramírez y Muñoz tuvo que cancelar unos días de descanso que tenía con su familia, situación que no le hizo gracia.
Los hechos hablan y por lo que parece, es obvio para el Piojo: “Obviamente” en los últimos años vestirse de verde ya no es lo mismo.