En un partido de altísimo nivel técnico y de una exigencia física desgastante, México y Chile empataron 0-0, en el que es para ambas selecciones el primer partido luego de su participación en el Mundial de Brasil.

 

Un incombustible equipo chileno forzó al Tri a entregarse al máximo, un partido amistoso que tuvo poco de eso, vehemencia ofensiva, ida y vuelta, verticalidad pero poca puntería.

 

Alexis Sánchez se convirtió en el motor del equipo de Sampaoli, buscaba todas y todas las tocaba bien, en el primer tiempo más metido de nueve, para el segundo tiempo, se tiró hacia el centro del campo donde se convirtió en el armador del equipo.

 

Oribe Peralta jugó aislado al frente, las constantes salidas de Giovani Dos Santos tanto a los costados como hacia adentro, hicieron que en lapsos del partido  el equipo mexicano jugara con un solo punta natural.

 

Dos Santos salió lesionado. Entró Javier Orozco a unos minutos del final, se adapto completamente al esquema y formó con Peralta una pareja que le da al Piojo Herrera una variante para lo que resta del ciclo mundialista.

 

El equipo sudamericano es una selección sólida que se conoce a la perfección y que tienen claro a qué quieren jugar, construyen jugadas a una velocidad increíble, como anfitriones de la próxima Copa América el año que viene, esta generación de chilenos parten como favoritos para llevarse el título por primera vez.