LONDRES. El primer ministro británico, David Cameron, se juega su futuro en el referéndum de independencia de Escocia del próximo día 18, que puede dar la puntilla a un liderazgo ya cuestionado entre las filas conservadoras.

 

Un voto favorable a la independencia, que hoy en día no parece imposible, haría pasar a Cameron a la historia como el jefe de Gobierno que permitió la escisión de Escocia del Reino Unido después de 307 años, una decisión muy sensible y de enormes consecuencias políticas y económicas.

 

 

Aunque el primer ministro y líder conservador insiste en que no dimitirá si triunfa la opción separatista en el referéndum que se celebra dentro de diez días, muchos en este país lo dudan, cuando apenas faltan meses para los comicios generales de mayo de 2015.

 

Fue Cameron quien el 15 de octubre de 2012 acordó con el ministro principal escocés, el independentista Alex Salmond, la celebración de ese histórico referéndum, aceptó un calendario a casi dos años vista, permitió que la palabra "independencia" figurara en la pregunta de la consulta y prometió que el resultado sería vinculante.

 

 

Sobre el polémico tema la Comisión Europea prefirió hacer mutis al rechazar pronunciarse sobre el referendo escocés para evitar "inmiscuirse" en la recta final de la campaña y por "respeto al proceso democrático".

 

 

"La CE respeta mucho el actual proceso democrático y recuerda, como ya hemos hecho muchas veces, que corresponde al pueblo escocés y los ciudadanos de Reino Unido decidir sobre el futuro de Escocia", dijo la vocera de la Comisión, Pia Ahrenkilde, en la rueda de prensa diaria de la institución.

 

 

"Por supuesto, no se sorprenderán de escucharme decir que diez días antes de que se celebre el referendo no vamos a cambiar nuestra posición, no ha cambiado y la hemos explicado en numerosas ocasiones, y por respeto al proceso democrático creemos que no es nuestro papel comentar en este momento sobre esta cuestión", añadió.

 

 

Ante la insistencia de los periodistas, Ahrenkilde señaló que no se pronunciarán sobre las posibles implicaciones del referendo sobre la pertenencia de Escocia a Reino Unido y su encaje en la Unión Europea en caso de que se independizase hasta que haya un "resultado concreto del voto".

 

 

Por su parte, la Orden protestante de Orange de Irlanda del Norte informó de que dos mil de sus miembros viajarán a Edimburgo para participar este sábado en una manifestación contra la independencia de Escocia.

 

 

El evento está organizado por la Orden de Orange de Escocia, que espera concentrar a unas 10 mil personas seis días antes de que las urnas decidan en el referéndum del jueves 18 de septiembre sobre el futuro político de la unión con Londres.

 

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