Una ganga resultó para los Gallos Blancos del Querétaro la contratación de Ronaldinho, si se toma en cuenta que el costo de los derechos federativos del futbolista fue de 1.9 millones de dólares, mucho menos de lo que cuestan algunos jugadores mexicanos cuyas cartas están tasadas por los cielos.

 

Oribe Peralta, uno de los futbolistas más caros no sólo del América sino del balompié mexicano, cuesta cerca de los seis millones de dólares, tres veces más que el astro brasileño, según la página de internet Transfermarkt, mientras que Jesús Corona, otro de los cotizados, cuesta 3.2 millones de billetes verdes, cantidad similar a la que vale el chileno Humberto Suazo.

 

Si bien es cierto que los dos primeros son seleccionados mexicanos y destacados en sus respectivos equipos, no tienen el arrastre ni el historial del nacido en la ciudad de Porto Alegre. Además, Ronaldinho fue contratado como jugador libre y, por ende, los emplumados sólo tuvieron que llegar a un acuerdo económico con el futbolista y no con el Atlético Mineiro, escuadra con la que jugó en los últimos tres años.

 

A lo anterior se le tiene que agregar que la relación costo-beneficio es alta para los Gallos Blancos. En un cálculo que realizó la agencia Mxsports, en los cinco partidos que tendrán como local los dirigidos por Ignacio Ambriz, en caso de que se agote el boletaje, tendrán ganancias de 3.1 millones de dólares, sin contar la venta de otros productos como bebidas, alimentos y playeras.

 

Se tiene previsto que los estadios tengan buenas entradas por el simple hecho de observar al ex seleccionado brasileño. De cumplirse dicho supuesto, habría una ganancia por arriba de los nueve millones de dólares durante los 10 compromisos que restan para que finalice la temporada regular; es decir, se vería beneficiada toda la Liga, no sólo los queretanos.

 

Esa es la base de la decisión que tomó la directiva de los Gallos Blancos al contratar a un jugador mediático, campeón del mundo y que brilló por muchos años con el Barcelona, y más aún cuando se especula que el futbolista tuvo que bajar sus pretensiones económicas para poder jugar en México.