¿El huracán Odile puso a prueba el nuevo sistema nacional de Protección Civil, instaurado tras la tragedia provocada hace justo un año por los fenómenos meteorológicos Manuel e Ingrid, que causaron más de 157 muertes, 1.2 millones de damnificados y pérdidas billonarias en infraestructura en las costas del sur y sureste del país.

 

La evolución de Odile, detectado en el Pacífico mexicano desde el 7 de septiembre activó las alertas. La víspera, frente a la intensidad del fenómeno, que amenazaba a la península de Baja California y otras cuatro entidades se instaló el Comité Nacional de Emergencia, que agrupa a por lo menos 16 dependencias federales y autoridades estatales.

 

En esta ocasión y a diferencia de lo ocurrido en 2013, la Comisión Nacional del agua (Conagua) emitió avisos sobre el desarrollo del fenómeno Odile desde que se detectó como baja presión hasta que se convirtió en huracán y finalmente estableció la alerta máxima el domingo por la mañana.

 

Las autoridades decretaron el domingo la suspensión de clases hasta nuevo aviso para Baja California Sur y fueron cancelados vuelos a zonas turísticas de la entidad. También fueron cancelados, de manera definitiva, los festejos por el inicio de la Guerra de Independencia, programados en el Palacio de Gobierno en La Paz.

 

Apenas el pasado 28 de mayo, durante la instalación del Consejo Nacional de Protección Civil, el presidente Enrique Peña Nieto anunció que la Secretaría de Gobernación (Segob) trabajaría en seis estrategias para reforzar el sistema de Protección Civil del país.

 

Entre las medidas anunciadas están la creación y operación del Sistema Nacional de Alertas (para brindar información en tiempo real); la aplicación del programa “México seguro ante desastres” (que establece la creación de infraestructura para situaciones de peligro); campañas de difusión de protección civil; y la actualización del Atlas Nacional de Riesgos, cuya página en internet se encontraba en fase de mantenimiento este fin de semana.

 

Una de las más importantes es la implementación del Programa Nacional de Respuesta a Siniestros, Emergencias y Desastres (para coordinar a los gobiernos municipal, estatal y federal); y el diseño de protocolos de acción para la atención de desastres.

 

Las estrategias anunciadas por el mandatario se suman a los recientes cambios a la Ley General de Protección Civil y su nuevo reglamento, vigente desde el 14 de mayo pasado.

 

Dicho reglamento establece criterios para la operación del Sistema Nacional de Protección Civil, con énfasis en las tareas de prevención, en particular la manera de operar del sistema de alerta temprana cuyo objetivo es fortalecer los sistemas de información de los tres niveles de gobierno.

 

Aprendizaje de 2013

 

La cantidad de alertas emitidas en esta ocasión superan por mucho las emitidas hace un año, previo al puente patrio ante la presencia de Manuel e Ingrid.

 

Desde el miércoles 11 de septiembre de 2013 -cuatro días antes de que comenzara la emergencia nacional-, la Comisión Nacional del Agua advirtió de la presencia extraordinaria de dos sistemas ciclónicos, uno en el Golfo de México y otro en el Pacífico Sur “que podrían ocasionar encharcamientos en zonas urbanas y deslaves en zonas montañosas, así como posibles avenidas en ríos y arroyos”.

 

La presencia de estos dos fenómenos fue calificada por la Conagua como un hecho inédito, ya que en más de 50 años no se había documentado la presencia de dos fenómenos meteorológicos al mismo tiempo en dos costas del país.

 

A pesar de la alerta temprana de la Conagua, no fue sino hasta el viernes 13 de septiembre, a las 15:30 horas, cuando se llevó a cabo la primera Reunión de Trabajo del Grupo Interinstitucional para Ciclones Tropicales en las oficinas de la dirección general de Protección Civil, según constaba en el calendario de actividades que el Sistema Nacional de Protección Civil.

 

De acuerdo con el Manual de Organización y Prevención del Sistema Nacional de Protección Civil, en esa reunión, encabezada por la Secretaría de Gobernación, se debieron definir los niveles y zonas de alertamiento, así como emitir recomendaciones a la población, lo cual no ocurrió.

 

En aquella ocasión la Segob incumplió con el manual de Protección Civil en tanto que no estableció comunicación con dependencias y organismos involucrados para la atención de emergencias, con las autoridades estatales y municipales y, sobre todo, no alertó a la población del riesgo.

 

Aunque prácticamente todo el territorio nacional fue afectado por la presencia de las dos tormentas con inundaciones, daños carreteros y desbordamientos de ríos no fue sino hasta el domingo 15 de septiembre, a las 16:00 horas, que se realizó la segunda Reunión de Trabajo del Grupo Interinstitucional para Ciclones Tropicales, la cual duró dos horas y en la que participaron, entre otras dependencias, las secretarías de la Defensa Nacional, de Marina y la Conagua, esta vez en las oficinas del Centro Nacional para la Prevención de Desastres (Cenapred).

 

Ante la falta de información previa, más de 60 mil turistas viajaron a Acapulco para pasar ahí el puente del 15 de septiembre, los mismos que luego quedaron varados por una semana en el puerto. Esto, debido a que por las afectaciones de Manuel fueron cancelados los vuelos y la Autopista del Sol (que conecta la Ciudad de México con el puerto) quedó destruida.

 

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