La continua y demandante actualización de la información interna y externa en una empresa se ha convertido en un verdadero quebradero de cabeza para muchos, ya que en este entorno participativo que se da en todos los niveles, se convierte en una indudable estrategia de gestión de información. Y no se trata únicamente de una situación que afecte a la persona de mayor responsabilidad sino que hasta a aquel trabajador que maneje diariamente una información dinámica le concierne adaptarse al nuevo entorno.

 

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La información dinámica está en la web y las empresas necesitan mantenerla viva para su posición competitiva. Hasta podríamos definir a la empresa como un sistema de entradas, procesos y salidas de información. La web es el fiel reflejo de lo que es una empresa dinámica y otra estática. La primera es una empresa que tiene presente todas las herramientas, dispositivos por lo que emite y recibe información, y que está actualizada, con gestión de redes sociales, con comentarios y en definitiva con una presencia permanente es el espejo de lo que debe ser toda empresa. Una empresa estática modifica su web cada cierto tiempo, pero no constantemente, y aunque intenta desarrollar una cultura innovadora y sensible al nuevo contexto informativo resulta complicado.

 

A veces, la gestión proactiva de información surge de manera espontánea como en las startups, que tienen en sus fundadores una fuerte vocación hacia la tecnología y eso se nota a la hora de cómo enfrentan la gestión de su información con herramientas que les permitan una estrategia dinámica para la misma, con el mínimo esfuerzo.

 

Una de esas herramientas es Feedly, un lector de RSS, muy parecido al desaparecido Google Reader, que permite organizar y acceder rápidamente desde un navegador web o desde aplicaciones de smartphones a todas las noticias y actualizaciones de las páginas que el sistema soporta. Además, permite ordenar todos los contenidos para facilitar al usuario ahorrar tiempo ya que no tiene que revisar cada una de sus fuentes de noticias.

 

La adopción de esta herramienta en el ecosistema informativo de la empresa supone un auténtico cambio que provocará que de manera natural, como máquinas que expiden café, expidan las noticias que serán discutidas por la empresa. No es una decisión que se pueda postergar, ya que cada vez más los directivos tienen que gestionar inputs más variados. No solamente se trata de gestionar para un momento determinado sino que también se ha vuelto imprescindible almacenar información para su uso posterior, unido a la capacidad para poder compartirla. Por otra parte, esa capacidad para compartir determinada información en la empresa le puede conferir al directivo o empleado cierto status por convertirse en referencia de algún tema. Lejos ha quedado el directivo que no comparte más allá de su despacho.

 

Es una auténtica transformación ya que somos lo que compartimos en un mundo digital. Y en espacios corporativos es aún más notorio. Una persona que en un ecosistema informacional dinámico no es capaz más que de escribir cosas banales, finalmente quedará estigmatizado como tal. Si se comparten comentarios fuera de tono o muy críticos, su imagen será la de una persona con actitud negativa, y con la que nadie quiere trabajar. Por todo ello, el valor de un directivo no está sólo en su capacidad para gestionar sino también en su capacidad para influir en el entorno.

 

Herramientas similares a Feedly como Netvibes, BlogLines, Good Noows, FeddLooks, Readefine, Newsblur, FeedDemon, BlogBridge, BlogNavigator, pasan de ser una herramienta individual a convertirse en un entorno social que permite construir entornos privados para compartir y comentar noticias. Una empresa competitiva será aquella que lleve a cabo una gestión dinámica de la información, y aquella organización que se dedique únicamente a trabajar de una manera mecánica para generar ingresos sin considerar la participación y compartición de la información está condenada al fracaso.