Músculo y pulmón son, parece, los principales mandamientos en el futbol de hoy, donde el delantero centro es una especie en peligro de extinción. Lo dicen los números, al menos de la Liga mexicana, donde hace más de 10 años un centro delantero no rompe la barrera de los 20 goles en la Liga (el último fue José Saturnino Cardozo en el Clausura 2003); y ni hablar de las actuaciones de fenómenos como Lionel Messi y Cristiano Ronaldo en Europa (ninguno en funciones de nueve natural en sus clubes), donde cada vez el hombre netamente de área parece destinado a desaparecer.

 

En México los dos más recientes referentes sinónimos del gol coincidentemente terminaron con su vida en desgracia: Salvador Cabañas (bicampeón goleador) y Christian Benítez (tetracampeón de goleo); fuera de ellos, los centros delanteros, sobre todo en equipos de los llamados “grandes” vienen a la baja.

 

El presente exige al futbolista un desgaste a todo tren. Esperar el balón en el área no es un lujo que pueda darse prácticamente ningún jugador. Nada más ver a Oribe Peralta, referente en el Tri y el América. Un hombre que en toda su carrera no ha ganado un título de goleo, que su máxima cuota goleadora en un torneo es de 15 tantos (Clausura 2012, con todo y Liguilla), cuando aún jugaba para Santos, pero que ni con ello le alcanzó para ser campeón como matón del área.

 

De hecho Oribe, sin tomar en cuenta sus tres torneos de inicio con Morelia entre el Clausura 2012 y el Clausura 2004, en los que sólo disputó dos partidos; tiene un promedio de casi cinco goles por año; muy pobre para ser el estandarte goleador del futbol nacional.

 

Más de delanteros mexicanos: ¿qué tal los números de Aldo de Nigris? El ex del Monterrey, entre el Clasura 2009 y Clausura 2013 tuvo actuaciones que lo llevaron también a la Selección, pero el problema es que en Rayados nunca llegó, en una campaña, ni siquiera a la marca de los 10 goles. Habrá quien diga que en Monterrey De Nigris vivió a la sombra de Suazo, goleador estrella del equipo, pero que a la hora de sacar el promedio de goles por temporada del chileno el resultado está lejos de ser abrumador: apenas 6.5 goles por campaña.

 

La realidad es que el delantero centro como tal destaca cada vez menos por su contundencia. En la Liga mexicana, desde el Clausura 2012 cuando Christian Benítez e Iván Alonso fueron campeones goleadores con 14 tantos, los siguientes monarcas anotadores no superan la barrera de los 12 goles, y ni hablar de la marca de los 15, que desde el Apertura 2009, cuando Emanuel Villa hizo 17, no se alcanza.

 

¿Y los delanteros mexicanos que juegan fuera?, Giovanni no es un nueve natural; Carlos Vela es contundente, pero se distingue por su velocidad y llegada desde la banda; a Raúl Jiménez el Atlético de Simeone lo llevó por su sacrificio y movilidad para salir del área, lo que deja a Javier Chicharito Hernández como el único centro delantero clavado y efectivo que sobrevive y triunfa, de una especie que a lo largo del orbe todo parece indicar que está en peligro de desaparecer.