La Alameda Central se unió a los festejos de 80 Aniversario del Palacio de Bellas Artes, luego de que 16 grupos artísticos tomaran este fin de semana aquí sus diferentes espacios para presentar propuestas escénicas.

 

La jornada resultó un diálogo entre la diversidad de las propuestas artísticas y el espacio de la calle, donde público de todas las edades disfrutó y se deleitó con obras infantiles, de carácter político, social, de denuncia y hasta parodias.

 

En el corredor Ángela Peralta, al pie de la escultura dedicada al compositor Ludwig van Beethoven, a espaldas del Hemiciclo a Juárez, así como en otros de las esculturas y fuentes que rodean al que es considerado el parque más antiguo de esta capital, la magia del teatro se hizo presente.

 

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Los grupos participantes presentaron sus montajes que decenas de personas allí congregadas pudieron disfrutar.

 

“La idea es que el público pueda disfrutar de cada uno de los espectáculos, pueda ir de un lugar a otro, de una plaza a otra”, señaló Ana Gaban, coordinadora del evento.

 

Entre las obras destacaron “Verdades como puños”, bajo la dirección de Ernesto Collado. En ella, once actores atraparon a los transeúntes que circulaban a espaldas del monumento dedicado a Benito Juárez.

 

 

Dicha obra fue escrita a partir de leyendas urbanas y experiencias personales de jóvenes que hablan de su visión estrábica en un país inabarcable.

 

Con la ayuda del humor, inventan verdades que les ayudan a abrirse paso a través de la mediocridad y la versión ya de por si adulterada y mediatizada de un gobierno que no les representa. Se apoderan del lenguaje para escribir su propia historia y hacer de sus vidas una novela.

 

A unos cuantos pasos de la salida del Metro Bellas Artes, se presentó también “Estridentópolis”, que en realidad es un homenaje desapasionado y crítico al impulso vanguardista de la juventud, pero sobre todo, es el recordatorio de cómo un sueño disparatado puede convertirse en pilar educativo y cultural de un Estado.

 

De la mano del dramaturgo Luis Enrique Gutiérrez Ortiz Monasterio, una de las voces más destacadas del teatro contemporáneo, establece una conexión significativa entre un movimiento cultural y su entorno, haciéndonos comprender en forma lúdica la herencia que conforma a esta polis.

 

 

 

 

También se presentaron montajes infantiles, como “Una luna entre dos casas” a cargo de la compañía Marionetas en la Esquina, cuyos títeres de trapo ofrecen un montaje en el que se cuenta el primer encuentro de dos personajes completamente diferentes y opuestos y las vicisitudes por las que pasan hasta volverse amigos.  

 

 

Pluma y Taciturno muestran que pese a las grandes diferencias de personalidad que puedan existir entre dos seres, estos pueden llegar a necesitarse y sentirse tan útiles él uno para el otro, hasta reconocerse como amigos. Porque el miedo como la alegría es preferible enfrentarlo entre dos que solo.    

 

 

Pero no todo fue teatro, engalanó este parque la Orquesta de Alientos del Conservatorio Nacional de Música, quienes interpretaron en el quiosco principal, obras de Guiseppe Verdi, así como otras que están inspiradas en la arquitectura del Palacio de Bellas Artes.  

 

 

 

En punto de las 17:00 horas, los grupos artísticos participantes volverán a escenificar sus obras, concluyendo así esta jornada de festejos.