Nueva York. Un miembro de una red de trata de personas que enviaba mujeres desde México para que se prostituyeran en Nueva York se declaró culpable el viernes de un cargo de tráfico sexual que le podría acarrear un mínimo de 15 años en la cárcel.
Angel Cortez Granados es el séptimo acusado de formar parte de una organización familiar que atraía a mujeres jóvenes desde Tenancingo, Tlaxcala, hasta los condados de Queens y el Bronx y después las forzaba a prostituirse.
Al menos 15 mujeres han sido identificadas como víctimas de la trata pero probablemente existen más, dijo la fiscal Pamela Chen.
“Las engañaban manteniendo relaciones románticas con ellas. Ellas pensaban que venían aquí a trabajar en otras cosas, pero no en prostitución”, dijo Chen a un grupo de periodistas en la corte federal de Brooklyn.
Las autoridades creen que hay más de 20 miembros de la familia Granados involucrados en la operación, entre Tlaxcala y Nueva York. La prostitución a la que estas mujeres eran forzadas se remonta al menos a 1998, cuando se identificó a la primera víctima, dijo Chen.
Los miembros de la familia daban a conocer sus servicios repartiendo tarjetas conocidas como “chica cards” por las calles de barrios de Queens y el Bronx. Las tarjetas anunciaban los servicios sexuales de señoritas a domicilio, cobrando de 30 a 35 dólares por 15 minutos.
El conductor que transportaba a las mujeres hasta las viviendas de los clientes, Adrián Muñoz Pérez, también ha sido procesado por las autoridades neoyorquinas.
La operación estaba enfocada a obtener clientes en comunidades hispanas, dijo la fiscal. Seis miembros de la organización y de la familia Granados — Eleuterio Granados Hernández, Paulino Ramírez Granados, Raúl Granados Rendón, Magdalena Hernández Maximiliano, Marina Granados Rendón y Jacinta Rojas — ya han sido acusados por las autoridades neoyorquinas.
Durante la comparecencia del viernes, Cortez admitió que amenazó a una de las víctimas de la red asegurándole que la denunciaría a la policía debido a su condición de inmigrante sin papeles. Cortez sólo identificó a la víctima como “Esperanza”. La muchacha fue convencida por el mexicano para cruzar la frontera ilegalmente, y una vez en EU, Cortez insistió en que se prostituyera, señalan documentos de la corte.
“La amenacé con que estaba sola en este país, que nadie iba a intentar ayudarla”, dijo Cortez, con expresión sombría. “Y si no era suficiente, amenacé con llamar a la policía”.
Cortez y su víctima iniciaron una relación sentimental en México. Ambos pagaron 2 mil dólares cada uno para que traficantes en la frontera les introdujeran en EU. Cortez entró en el país en marzo del 2010 y “Esperanza” un mes después, señalan papeles de la corte.
El mexicano fue arrestado en septiembre del 2011. El gobierno estadounidense ha desmantelado la red en colaboración con las autoridades mexicanas.
La juez Cheryl Pollak no especificó el viernes que día Cortez será sentenciado.