La directora del Fondo Monetario Internacional parece haber acabado con las ilusiones de millones de personas en todo el mundo, incluyendo México, quienes han tomado muy en serio el discurso demagógico de que lo mejor está por venir; que con el crecimiento económico sostenido habrá más empleos, menos pobres, mejor educación y todas esas cosas bellas con las que frecuentemente sueñan los olvidados.

 

¿Qué dijo la señora Cristina Lagarde como para cancelar esas y otras ilusiones? Pues que la recuperación económica mundial ha sido decepcionante, frágil y desigual. Subrayó que no basta la recuperación del crecimiento y el empleo, sino algo más contundente. Sugirió una combinación de políticas más ambiciosas para poder superar esta “nueva mediocridad” que empaña el futuro.

 

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Globalmente, la economía mundial es más débil de lo que habíamos pronosticado hace seis meses. Para 2015 prevemos apenas un repunte moderado, ya que hemos revisado a la baja las perspectivas de crecimiento potencial. Naturalmente, el panorama cambia según el país y la región. Entre las economías avanzadas, el repunte más fuerte será el de Estados Unidos y el Reino Unido. En Japón, será moderado, y el más débil será el de la zona del euro. Las economías de mercados emergentes y en desarrollo han estado levantando gran parte del peso durante esta crisis: desde 2008, han generado más de 80% del crecimiento mundial. Nuestro pronóstico es que, lideradas por Asia -y por China en particular- seguirán contribuyendo a alimentar la actividad mundial. Sin embargo, su crecimiento probablemente sea también más lento que antes. Aquellos países acumularán deuda, también tendrán que ser cuidadosos, advirtió.

 

En resumen, “Cris” expuso: A seis años del comienzo de la crisis financiera, la debilidad de la economía mundial perdura. Los países aún están lidiando con los legados de la misma, como elevadas cargas de deuda y desempleo. Además, hay grandes nubarrones en el horizonte. Uno de ellos es que la baja tasa de crecimiento se prolongue durante mucho tiempo. Se cierne también otro nubarrón sobre la normalización asincrónica de la política monetaria de las economías avanzadas y los posibles efectos de contagio a otros países del mundo entero y los efectos de rebote, que se transmiten a través de las tasas de interés y las fluctuaciones cambiarias.

 

Y a estos nubarrones “económicos” se suman los nubarrones financieros. Preocupa la posibilidad de excesos en el sector financiero, especialmente en las economías avanzadas. Otra preocupación es la migración de nuevos riesgos de mercado y de liquidez hacia un mundo financiero “paralelo”. ¡En la torre!, exclaman los olvidados.

 

Bueno, la economía mundial está en un punto de inflexión, y sólo hay de dos sopas, quiso decir la directora del FMI: Avanzar a paso lento con un crecimiento deficiente, es decir, con una “nueva mediocridad”; o buscar una mejor trayectoria con políticas enérgicas que permitan una “nueva movilización”.

 

Y para impulsar esa “movilización” hay tres elementos importantes e interrelacionados: políticas fiscales; reformas estructurales de los mercados de mano de obra y de productos, e inversión pública en infraestructura.

 

Para qué preocuparnos, si afortunadamente, muchas cosas que sugiere la “Seño Cristina” ya las estamos haciendo aquí, principalmente “moviendo a México”. ¿Será?

 

 

AGENDA PREVIA

 

Las nuevas reglas de la competencia política y la renovación de nuestras instituciones electorales estarán a prueba a partir de este martes 7 de octubre, cuando inicia el proceso electoral 2015, dijo el senador Emilio Gamboa. Los nuevos magistrados tendrán la responsabilidad de resolver los medios de impugnación interpuestos por los actores inconformes a nivel local, actuando con autonomía plena e imparcialidad total, subrayó.

 

FINALMENTE, LO QUE TODO EL MUNDO FINANCIERO esperaba, ocurrió. Javier Arrigunaga se vio en la penosa necesidad de renunciar a la dirección del Grupo Financiero Banamex, ante la presión de los dueños de Citigroup, quienes después del asunto de Oceanografía no estaban muy contentos con el desempeño de aquél y de otros funcionarios del banco. ¡Y no es para menos!