KANSAS CITY. Para describir a su equipo, el gerente general de los Gigantes de San Francisco desenterró una frase que no debe ser confundida como un insulto a sus jugadores que aspiran conquistar su tercera Serie Mundial en cinco años.

 

“Son cucarachas. No las puedes matar. Estoy tan orgulloso”, dijo Brian Sabean, luego que San Francisco dejó fuera a los Cardenales en una serie de campeonato de la Liga Nacional que se definió gracias a un jonrón en el noveno inning de Travis Ishikawa, un pelotero que hace unos meses contemplaba retirarse.

 

Sabean también sintetizó cuán impredecible será el Clásico de Otoño, que disputarán desde el martes contra los Reales de Kansas City, los entonados campeones de la Liga Americana que no conocen la derrota en los ocho juegos de postemporada que han disputado este año.

 

“Tenemos una clase de ataque que no habían tenido durante casi todo el año… Las palabras sobran sobre el picheo. Pueden marcar la diferencia en el juego con su defensa y velocidad en las bases”, resaltó Sabean.

 

Ned Yost, el piloto de los Reales, ve en San Francisco rasgos similares a los de su equipo que será anfitrión de los primeros dos partidos.

 

“Son muy similares a nosotros. Un equipo que raspa la olla para ganar sus juegos”, comentó Yost. “Tienen un pitcheo fenomenal, su bullpen es dinámico, su defensa es sólida. Vamos a tener una tremenda serie”.

 

En una tensa postemporada en la que 14 de los 25 juegos se han definido por el margen mínimo, seis se fueron a extra innings y con desenlaces cargados de dramatismo, este Clásico de Otoño se presenta como un duelo impredecible entre dos equipos enrrachados que entraron a los playoffs mediante boletos de comodín.

 

También se trata de apenas la segunda vez en la historia de la Serie Mundial que dos wildcards se topan por el campeonato. La previa fue en 2002 y contó con la participación de los Gigantes, que sucumbieron en siete partidos ante los Angelinos.

 

No hay mucha historia entre ambos. Los Reales no visitan San Francisco desde 2005, cuando Barry Bonds era la figura del equipo californiano.

 

Pero se midieron en el estadio Kauffman de Kansas City entre el 8 y 10 de agosto, en una serie que los Reales ganaron por barrida frente a los abridores Bumgarner, Tim Hudson y Tim Lincecum. James Shields, el as en la rotación de los Reales, lanzó una blanqueada en el segundo partido. Además, los Reales se robaron siete ases en un juego, su jardinero Nori Aoki sacó out a dos corredores en una inning y Alex Gordon sacudió dos jonrones en la serie.

 

“Eso ya no cuenta, ni significa nada”, advirtió Salvador Pérez, el receptor venezolano de los Reales. “Ahora es que no toca una serie enorme”.

 

A esa altura de agosto, los Gigantes estaban de capa caída, en medio de un lapso en el que perdieron 13 de 18 juegos. Pero ahora están en la Serie Mundial, una de las más equilibradas de los tiempos recientes.