SAO PAULO. Cómo habían anticipado los analistas. Los mercados financieros de Brasil se hundieron ayer tras la victoria de la presidente Dilma Rousseff sobre Aécio Neves en la elección presidencial del domingo.
Los mercados golpearon con especial virulencia a las acciones de la petrolera estatal Petrobras, además de los títulos de las principales empresas de servicios básicos de Brasil, que caían con fuerza frente al temor de que las políticas de Rousseff afecten sus ventas y ganancias.
Poco después de la apertura de operaciones, la Bolsa de Valores de Sao Paulo registró una caída del 6.18% , mientras que las las acciones preferenciales y ordinarias de Petrobras caían alrededor de 11%, tras un máximo de 14 puntos en la apertura,
Los los papeles preferentes de Eletrobras perdían un 11.5% y los papeles ordinarios de Banco Brasil sufrían un retroceso de 7.57%.
Ambos títulos forman parte de lo que los analistas brasileños han calificado como “kit elecciones”, un conjunto de papeles que en las últimas semanas han sufrido una gran volatilidad debido a la incertidumbre electoral.
El “efecto Dilma” también llegó a Nueva York, donde los recibos de acciones (ADRs) de la petrolera caían más de 16% en la pre apertura de Wall Street.
El caso de Petrobrás tiene importantes componentes políticos, porque la empresa fue eje de las acusaciones por corrupción que el candidato opositor Aécio Neves lanzó contra Dilma Rousseff durante la campaña.
Según las investigaciones, un 3% del presupuesto de los contratos de Petrobras se desviaba para financiar las campañas electorales de formaciones políticas de la base aliada al Gobierno, entre las que figuraba el Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff.
El mercado financiero era partidario de la política de corte liberal respaldada por el derrotado opositor Aécio Neves, por lo que el triunfo de Rousseff, defensora del papel “regulador” del Estado”, generó una ola de pesimismo entre los inversores.
La presidenta fue reelegida en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del domingo con 51.64% de los votos, frente al 48.36% del abanderado del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).
En el mercado de cambio, el real brasileño caía con fuerza y se depreciaba un 2.43% frente al dólar, moneda que a media sesión era negociada a 2.526 reales para la compra y 2,528 reales para la venta en el tipo de cambio comercial.
De esta forma, la moneda estadunidense volvió a romper la barrera de los 2,50 reales, una máxima alcanzada en las últimas semanas por primera vez desde 2008, fechas en las que la crisis financiera internacional, desatada en Estados Unidos, llegaba a su ápice.