El bicampeón está de vuelta. Es el León de Gustavo Matosas, el mismo que el torneo pasado calificó de milagro a la Liguilla para a la postre convertirse en bicampeón del futbol mexicano y que en este Apertura 2014 parece tiene toda la intensión de volver a hacerlo. Ahora su objetivo es algo nunca visto en torneos cortos, colarse entre los ocho finalistas para buscar el tricampeonato, algo que nadie ha conseguido en la historia de los torneos cortos.
Los Panzas Verdes que se mantuvieron al acecho prácticamente todo el torneo, sin ruido, sin molestar, con perfil bajo, aunque con el sello que caracteriza a su técnico, un gusto por jugar a matar o morir, que nadie les puede discutir. No por nada son el único equipo del futbol mexicano que no tiene empates. Ostenta siete triunfos y ocho derrotas, pero ninguna igualada y al final de la fecha 15 pueden presumir a la ofensiva más demoledora de la competencia con 27 tantos convertidos, por encima de las ofensivas del superlíder América, el sublíder Toluca o el tercer lugar Tigres.
Cierto que su zaga es la segunda peor con 24 goles en contra, pero poco importa a los Panzas Verdes tal estadísticas, de momento están en octavo de la competencia, en una situación parecida a la que vivieron en el Clausura 2014, aunque menos dramática. Y es que hace seis meses León penaba al final de la fecha 15 en el lugar 14, por lo que requería de dos triunfos en el cierre de competencia y una infinidad de combinaciones en los resultados para meterse a la Liguilla, algo que al final sucedió. El equipo hizo su tarea, venció a Puebla en casa y a Tijuana a domicilio para clasificar con el último boleto disponible a la fiesta grande, donde en fila despachó al superlíder Cruz Azul, luego al segundo lugar que ostentaba Toluca y se coronó de visitante ante el Pachuca.
Para el presente torneo el cierre se le presenta un tanto más amable, aunque parecido. Recibe en la fecha 16 a los Tigres y visitará a Tijuana en el cierre de competencia, por lo que un par de triunfos y una combinación de resultados, no sólo le asegurarían Liguilla, sino que le daría la posibilidad de terminar hasta el quinto lugar general.
No es todo. En similitud con el último torneo en que se coronó, León mejora considerablemente después de la fecha 12, así pasó en el Clausura 2013, cuando luego de esa jornada sólo perdió un juego de temporada regular, y uno de Liguilla y a cambio ganó cinco partidos y empató otros tantos. En el presente, de la fecha 12 a la 15 tiene ya cuatro victorias, más lo que se acumule de aquí a la Liguilla.
Así que no es el águila, tampoco el diablo y menos el tigre, el rey de la selva está de vuelta. El bicampeón de Matosas más vivo que nunca en busca de algo que ningún otro ha logrado: un tricampeonato que sería histórico para el futbol mexicano.