La tensión en el estado que gobierna Rogelio Ortega por temas de inseguridad sigue en aumento. Por si algo hiciera falta, nos comentan que el diputado federal Sebastián de la Rosa Peláez fue retenido durante dos días por la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias en su natal Guerrero. Dicen que el integrante del PRD, de la corriente de los denominados Chuchos, recibió el reclamo de los pobladores por las malas prácticas de la policía local, e incluso acusan al director de la corporación de un homicidio.

 

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La también perredista Rosario Merlín García, diputada federal por el Distrito IX con cabecera en Acapulco, ha recibido amenazas de muerte debido a que está recolectando información en Iguala y Cocula sobre el grupo de normalistas desaparecidos. Sucede que, con base en declaraciones de diversos pobladores, la legisladora guerrerense asegura que un grupo de jóvenes, maniatados y vendados por sus captores, fue visto en un paraje de Guerrero, rumbo a la zona serrana.

 

 

El desprestigio que cayó sobre Grupo México, que preside Germán Larrea, con la contaminación del Río Sonora, sigue pasándole factura. Ahora está en entredicho la mina El Arco, en Baja California, proyecto en el que se han invertido al menos nueve años de investigación y más de mil millones de dólares. Sin embargo, grupos ambientalistas y diversas ONG han presionado en contra a tal grado que el Congreso local pidió a las autoridades revelar el estudio de impacto ambiental. Si siguen adelante, se debe garantizar seguridad, exigen.

 

 

Los radicales panistas en los estados siguen dando de qué hablar. Ahora el turno fue de Sergio Barrón Pinto, diputado local en Baja California Sur, quien al declararse en contra de los matrimonios de parejas del mismo sexo dijo a medios de la entidad que los gays son “familiafóbicos”, que atacan la integridad de los hogares, ignorando que la Suprema Corte ya declaró inconstitucional prohibir estos enlaces. Hay que reconocer que con su declaración llamó la atención, aunque no tanto como los “morenazis” panistas de Jalisco, que se llevan las palmas.

 

 

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