MOSCÚ. Los bombarderos de largo alcance de Rusia extenderán sus patrullajes regulares hasta alcanzar una zona que va del Océano Ártico hasta el Caribe y el Golfo de México, en una demostración de fuerza que refleja las tensiones entre Moscú y Occidente por Ucrania.

 

En un comunicado del ministro de Defensa Sergei Shoigu, dijo que los bombarderos rusos de largo alcance realizarán vuelos a lo largo de las fronteras de Rusia y sobre el Océano Ártico. Agregó que “en la situación actual tenemos que mantener la presencia militar en el oeste del Atlántico y en el este del Pacífico, así como el Caribe y el Golfo de México”.

 

Dijo que el creciente ritmo y la duración de los vuelos requerirían esfuerzos de mantenimiento más fuertes.

 

Los bombarderos rusos, con capacidad nuclear, realizaron patrullajes regulares sobre los océanos Atlántico y Pacífico durante la Guerra Fría, pero la crisis financiera postsoviética obligó a los militares rusos a reducirlos.

 

Los vuelos de patrulla de los bombarderos estratégicos se reanudaron bajo el gobierno de Putin y se han vuelto cada vez más frecuentes en los últimos años.

 

A comienzos de este año, Shoigu dijo que Rusia planeaba ampliar su presencia militar, buscando permiso para que buques militares usen puertos en Latinoamérica, Asia y otras partes a fin de reabastecerse de suministros y realizar labores de mantenimiento. El ministro ruso de Defensa afirmó que estaba en negociaciones con Argelia, Chipre, Nicaragua, Venezuela, Cuba, las islas Seychelles, Vietnam y Singapur.

 

Shoigu aseguró que Rusia también negocia con algunos de esos países para que permitan que los bombarderos de largo alcance usen sus bases aéreas para cargar combustible.

 

Ian Kearns, director de European Leadership Network, un centro de análisis en Londres, dijo que los patrullajes son parte de los esfuerzos del Kremlin por hacer al ejército ruso “más visible y más asertivo en sus acciones”.

 

Los nuevos vuelos “no están necesariamente presagiado una amenaza”, agregó el analista. “Son sólo parte de un incremento general en las actividades”.

 

Los lazos entre Rusia y Occidente están en su peor nivel desde la Guerra Fría luego de que Moscú se anexara a comienzos de año la península ucraniana de Crimea y por el apoyo que da a los separatistas en el este de Ucrania.