NUEVA YORK. La segunda mitad de la temporada de la NFL comenzó con pasos en falso de varios equipos que, de acuerdo con la tabla de posiciones, son aspirantes al campeonato.

 

Lo que los Santos, Delfines, Bengalíes y, en particular, los Acereros confirmaron durante la décima semana, es que ninguno ofrece buenas garantías. Sin embargo, varios de ellos pueden acabar en la puja por el Super Bowl.

 

La mediocridad no significa que su temporada culminará antes del Año Nuevo.

 

El más desconcertante de estos candidatos poco fiables es Pittsburgh. Los Acereros parecían una máquina trituradora cuando hilvanaron una racha de tres victorias, en la que superaron a sus rivales con un marcador acumulado de 124-80. Ben Roethlisberger era imparable, imponiendo un récord de la NFL con seis pases de touchdown en semanas consecutivas. Hasta que se estrellaron al perder 20-13 ante los Jets, un equipo que venía de perder ocho partidos al hilo. Increíble.

 

Otro buen ejemplo es Nueva Orleáns. Los Santos deben estar muy agradecidos de formar parte de la división del Sur en la NFC. Pese a dejar escapar un partido ante San Francisco en tiempo extra el domingo, la primera derrota de los Santos en casa con su entrenador Sean Payton desde 2011 (purgó una suspensión en 2012), Nueva Orleáns tiene al alcance ganar su división. Esto implica poder ser anfitriones de un partido en la ronda de comodines, inclusive con una marca de .500 o peor. ¿Se imaginan a Seattle como los visitantes, a diferencia de 2010?

 

Pero los Santos (4-5) no son de fiar en un partido trascendental, al considerar que es un equipo que pierde mucho el balón y cuya defensa sufre con el juego aéreo. Y no hay que olvidar que no saben darle la última estocada al rival. Igual con los Delfines y los Bills, que sufrieron derrotas el domingo, y empiezan a descolgarse del líder Nueva Inglaterra en el Este de la AFC. Además, estos dos se miden hoy jueves y el perdedor podría empezar a planificar sus contrataciones para la próxima temporada.

 

Y de repente el ganador también tendría que hacer lo propio, ya que el resto de su calendario no pinta fácil.

 

“Nuestro objetivo es enfocarse en jugar lo mejor posible la noche del jueves, a las 8.30”, dijo el entrenador de los Delfines Joe Philbin el lunes, al día siguiente de que el equipo se derrumbó en el tramo final del partido ante Detroit. Con una improvisada formación de protección ofensiva y la baja por lesión del Branden Albert, los Delfines despiertan más dudas.

 

Los Bengalíes están metidos de lleno en la puja del Norte de la AFC, en la que todos los cuatro equipos se ubican dos victorias encima de .500. Los problemas en Cincinnati son los las lesiones, una irregular ofensiva y una defensa que hace agua con los acarreos del rival.

 

Cincinnati no gana un partido de postemporada desde 1990 y su récord es de 0-5 con el técnico Marvin Lewis en los playoffs.