La emoción no dice “yo” tuvo como objetivo reflexionar sobre las emociones, teniendo en cuenta la cuestión estética y política que éstas plantean. Pensadores como Hegel o Nietzsche han analizado y planteado sus posiciones al respecto. ¿Qué significa revelar nuestras emociones? Revelarlas implica una condición de poder e “impoder”.

 

¿Qué pasa cuando lloro delante de ti? Para poder bordear está pregunta, se retomaron muchas teorías; se hicieron muchas citas y se presentaron imágenes tomadas del film mudo El acorazado Potemkin, de 1925, dirigido por Serguéi Eisenstein.

 

Didi-Huberman proyectaba en la pantalla las bellas composiciones de los fotogramas que consideraba adecuados para hablar de la emoción; la imagen, en está ocasión, hablando desde el pathos (emoción, tragedia, la experiencia desde el alma.) El discurso del ponente se delineaba alrededor de las imágenes.

 

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