BRUSELAS, Bélgica. Los míticos taxis de color verde de la Ciudad de México han inspirado a la fotógrafa belga Evy Raes en una serie de trabajos que expondrá a partir de mañana en el Centro Cultural Oostakker, en la ciudad belga de Gante.
Las imágenes fueron realizadas a partir de 2008, cuando Raes descubrió que el gobierno mexicano planeaba prohibir la utilización del vocho verde como taxi y decidió “hacer algo para preservar su imagen”.
“Todo mexicano ha usado un vocho al menos una vez en la vida. El coche ha sido un bien cultural, un icono, un creador de identidad en México“, acredita Raes.
Su historia personal con el “vocho verde” se remonta a hace 11 años, cuando realizó la primera de una serie de viajes a México y descubrió la fuerte presencia del tradicional modelo Volkswagen en las calles de la capital.
“Cada vez que visitaba la Ciudad de México sentía como si el taxi vocho verde me daba la bienvenida con una sonrisa brillante“, afirmó en entrevista a Notimex.
Ella misma utilizó un vocho negro en sus primeras clases de conducción en la Ciudad de México y, dos años más tarde, fue un taxi verde que la trasladó a diario al local donde realizaba sus prácticas en la capital mexicana.
En 2010, Raes se compró su propio vocho verde, al que llamó “Pablo de Kever” (“Pablo el Vocho”, en flamenco, su idioma materno), y recorrió México de una punta a otra a bordo del coche en un proyecto profesional relacionado con su Bélgica natal.
Durante cuatro meses y más de diez mil kilómetros, la fotógrafa contestaba a través de sus fotografías a las preguntas enviadas por niños belgas y holandeses sobre el lejano país norteamericano.
“Me pareció una manera bonita de aprender que hay gente que vive de manera diferente. México es un país de colores brillantes que se presta a impresiones muy fuertes y puede estimular la fantasía de los niños. Hay una magia de cuento de hadas en México”, dijo.
De regreso a Bélgica en 2011, trajo a “Pablo de Kever” en el equipaje y lo convirtió en soporte para un proyecto de talleres de fotografías para niños impartidos en escuelas primarias belgas.
“No trato a la fotografía como materia independiente, sino que la integro en otras materias, incluso en matemáticas. La demanda es enorme”, afirmó.