Hay que decir las cosas como son. Sin embargo algunos se empeñan en intentar maquillar la realidad con la complicidad de periodistas que sólo reproducen boletines de prensa.
El viernes pasado en relación a los resultados de la edición de El Buen Fin 2014, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) informó a través de un boletín de prensa que “las primeras estimaciones apuntan hacia un crecimiento de 13.7% en las ventas totales, en relación con el año anterior, de acuerdo con los datos reportados a la fecha por Concanaco, ANTAD, ABM, Fonacot y Amipci”.
Según este mismo comunicado, las tiendas agrupadas en la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD) reportaron un incremento de 4.6% de ventas respecto del año pasado, mientras que en el resto de los comercios agrupados en la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio (CONCANACO) y otros gremios el crecimiento fue de 19.3%.
Y añade el boletín de referencia en relación a la validez de las cifras preliminares sobre las que informó: “Se puede considerar que los resultados definitivos no tendrán una variación significativa respecto a la cifra preliminar”.
La información y los datos que ofrece el sector privado organizado en relación al Buen Fin merecen cuatro comentarios generales:
Primero: Las cifras de crecimiento sobre las ventas durante el Buen Fin son inexactas e, incluso, falsas. Los datos de las ventas de este fin de semana largo pasado no son comparables con las del año anterior, como tampoco las de 2013 fueron comparables con las de 2012, porque el número de negocios participantes en cada año son distintos pero, más aún, porque en una gran cantidad de negocios -particularmente los pequeños y los agremiados a las cámaras de comercio en todo el país- no existe un registro fiable y agregado de las ventas por sectores como para ofrecer datos confiables y, menos aún, con la celeridad con la que se dan a conocer. Sería deseable que los comerciantes dieran a conocer con detalle -por sectores, subsectores y regiones del país- los resultados de las ventas en los días del Buen Fin.
Segundo: El dato más confiable de los que proporcionó el CCE, es el 4.6% de crecimiento en las ventas reportado por la ANTAD porque esta asociación y sus agremiados tienen una metodología sistematizada para reportar periódicamente sus estadísticas de ventas. Las ventas de la ANTAD representan alrededor de una quinta parte de las ventas totales reportadas bajo el programa de El Buen Fin y son un buen termómetro de lo que realmente ocurrió.
Tercero: El 4.6% de crecimiento reportado por la ANTAD refleja un mal Buen Fin 2014 e, incluso, es probable que el dato haya sido negativo respecto a 2013. Y es que hay que tomar en cuenta tres aspectos: Que en el crecimiento reportado de 4.6% de este año se incluyeron un mayor número de tiendas que el año pasado, lo que distorsiona la cifra. Que el crecimiento de 4.6% es nominal, no real; es decir, no elimina el efecto inflacionario sobre los precios de los productos que se vendieron. Y que el 4.6% de crecimiento en este año, es menor que el 11.3% de crecimiento reportado el año pasado.
Cuarto: A pesar de todas las inexactitudes y errores anteriores, la meta establecida no se cumplió. Es decir, incluso si no tomáramos en cuenta ninguno de los aspectos anteriores que hemos mencionado y que echan por tierra los resultados del Buen Fin, y tomáramos como bueno el crecimiento en ventas reportado por el CCE en este año, las ventas habrían ascendido a poco más de 197 mil millones de pesos, por debajo de los 200 mil millones que fue la meta establecida por el propio programa.
Hay que decirlo. Las cifras con las que se intenta mostrar los resultados de El Buen Fin son muy cuestionables y, por lo tanto, poco fiables. Sería deseable que para el próximo año los organismos privados -con la ayuda de los expertos del CEESP- construyeran una metodología que les permita generar estadísticas confiables e información creíble que merece la opinión pública.
Mientras tanto, ¿para qué empeñarse en maquillar la realidad?