El hábito anual es voltear hacia atrás para rescatar al personaje que brilló entre los 365 días. Así lo impuso la revista Time para vender nostalgia inmediata.

 

A lo largo de diciembre veremos un baile de figuras y una cascada de noticias en la industria mediática. En ausencia de información los medios tratarán de promocionar las noticias importantes del año como por ejemplo: derribos y extravíos de aviones, pandemias que se asoman al duty free del aeropuerto John F. Kennedy, degollados occidentales por manos occidentales bajo la marca Estado Islámico y el secuestro de estudiantes en Iguala.

 

Apelando a la conciencia periodística, si es que existen algunos gramos de ella, el personaje del año 2014 tendría que ser Nadie. La geografía del caos nació con la crisis hipotecaria en Estados Unidos y 2014 nos presenta un acoso global en contra de la democracia.

 

Mariano Rajoy fue acusado por su tesorero de haber recibido sobres con dinero sin declararlos ante Hacienda. Dilma Rousseff fue señalada por su contendiente Aécio Neves, a una semana de la segunda vuelta electoral, como protagonista de la corrupción en Petrobras. El que fuera primer ministro de Portugal, José Sócrates, fue detenido por haber comprado un departamento en París cuyo valor (40 millones de pesos) no es respaldado por sus ingresos declarados ante Hacienda.

 

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Un negocio de Cristina Kirchner fue señalado por un juez como habitáculo de blanqueo de dinero. Se trata del lujoso hotel Alto Calafate del que la presidenta argentina es accionista. Todo indica que su testaferro tiene la obligación de contratar decenas de cuartos al año para blanquear dinero, es decir, el hotel desocupado tiene ingresos. En México, el caso de la ya famosa “casa blanca” tuvo un indignante manejo de crisis en perjuicio de la credibilidad del presidente Peña Nieto. Nicolas Sarkozy no logra distanciarse de los pactos financieros que en su momento hizo con la dueña de L’Oréal, cuya salud es dañada por la demencia senil.

 

En nombre de la democracia la corrupción se ha instalado en la cotidianidad del cinismo político. En tiempo de la Grecia clásica la democracia se dialogaba, en el siglo XXI comprobamos que sin confianza no hay democracia. La palabra en versión hablada ya no genera confianza: te lo firmo y te lo cumplo, diría el clásico.

 

Obama no cumplió con la promesa de desmontar el arsenal espía de su antecesor. De la nociva Acta Patriota prácticamente queda todo. Así lo demostró Assange en el 2013 pero durante los pasados 365 días continuaron los goteos que salpican a Google, Amazon, Facebook, Twitter y todos los integrantes de Silicon Valley. Nicolás Maduro es el Estado venezolano y éste se ha convertido en el principal accionista de medios de comunicación. Es decir, Maduro sigue los pasos de su amigo ecuatoriano, el presidente Rafael Correa. Maduro ya no escucha las voces de la ONU que le piden excarcelar a Leopoldo López.

 

El propio Correa intentará perpetuarse en la silla presidencial hasta el 2100 para evitar que le suceda lo de su amigo Hugo Chávez.

 

Nadie es el personaje del año. Así lo comprobamos al ver a Bachar al-Asad y su reelección como presidente de un país con más de 170 mil muertos en tres años de guerra civil. Para Bachar lo mejor que le pudo haber sucedido es el protagonismo salvaje, por cavernario, del Estado Islámico. Qué decir del general Abdelfatah al-Sisi, promotor del golpe de Estado en contra de los Hermanos Musulmanes que llegaron a gobernar Egipto gracias a la Primavera Árabe. Ahora, Al-Sisi se ha puesto al servicio de Netanyahu para contener a los palestinos.

 

No podemos titular a Jean-Claude Juncker como personaje de 2014 por su nombramiento como presidente de la Comisión Europea porque LuxLeaks lo señala como promotor de paraísos fiscales durante sus 20 años en los que ocupó cargos de primer nivel en su país, Luxemburgo.

 

David Cameron, tan populista como Hugo Chávez en los momentos en los que sus rivales antiinmigrantes y antieuropeos, los del UKIP, lograron someter al bipartidismo durante las pasadas elecciones europeas de mayo, lanza la promesa de referéndum para sacar al Reino Unido de la Unión Europea para 2017 siempre y cuando lo elijan en 2015. A Merkel le pasan la factura de la anemia económica que sufren los socios de la UE.

 

Es imposible mencionar al personaje de 2014. Sin liderazgos, la crisis económica ha revelado las miserias políticas de nuestro siglo. Felicidades a Nadie por revelar el vacío.