Siempre he dicho que los famosos confunden mucho a la gente con su forma de actuar, pues dicen una cosa y hacen otra, un día se enojan por algo y al siguiente ellos mismos hablan del tema. Creo que así está difícil atinarle, y de pronto si les hacen una pregunta de su vida privada se enojan mientras que ellos mismos hacen publicidad de sus intimidades.
Así acaba de pasar con Thalía, quien normalmente permanece alejada de la prensa y cuando viene a México no quiere contestar preguntas personales. Me ha tocado que cuando hace enlaces telefónicos a nuestro programa de radio, nos manda a decir que no le preguntemos nada de su vida o simplemente colgará el teléfono.
Pero ahora reveló que le encanta tener sexo con su esposo, Tommy Mottola, y que bien por ella, pero ¿para que lo da a conocer? Tal vez sea demasiada información, ¿no creen? Además, siempre se ha dicho que no es bueno hacerle publicidad al marido, porque siempre habrá mujeres deseosas en busca de un buen partido.
Durante el lanzamiento de su nuevo CD Amore Mío dijo que le fascina hacer ejercicio y estar con sus amigos, pero aclaró que su pasatiempo favorito es el sexo: “Mi hobby es el sexo. Por suerte también es el de mi marido”. Lo bueno es que los dos disfrutan del mismo gusto.
También queda claro que ya no le importa el qué dirán, y asegura que en esta etapa de su vida hace lo que quiere y no lo que le digan los demás: “Siempre te enseñan a quedar bien, a ser muy político, muy educado, entonces te sacrificas en el camino. Ahorita lo que quiero es darme gustos, apapacharme y mimarme”.
Por eso ya no hará telenovelas, pues ya no quiere depender de alguien para trabajar: “Cuando filmas una telenovela estás firmando un contrato de que te digan a qué hora tienes que comer y a qué hora te tienes que levantar. Realmente no estoy para eso”.
En fin, que a las artistas les gusta que se hable de ellas, aunque sea mal, pues es la manera de seguir vigente en los medios y si alguien usa sus redes sociales es Thalía. Ella es la primera en contar todas sus actividades y tiene especial obsesión por fotografiar ricos manjares que no creo que se coma, pues luce muy delgada.
Hay más… pero hasta ahí les cuento.