El fin de semana pasado, algunos integrantes del “Gabinete del México próspero especializado en temas de política económica”, decían que su bola de cristal les permitía adivinar que la volatilidad en los mercados cambiario y petrolero era “atípica y temporal” -así como los actos de violencia que ocurren en diversos estados de la República-, por lo que no existían motivos para preocuparse. Ayer sin embargo, aquéllos se vieron en la penosa necesidad de recular ante los peligrosos niveles que había alcanzado el dólar frente al peso y los precios del petróleo.
Los “magos de las finanzas” sorprendieron a los espectadores con el anuncio de que ante la reciente volatilidad en los mercados financieros y con el objetivo de procurar el funcionamiento ordenado del mercado cambiario nacional, la Comisión de Cambios decidió que el Banco de México le metiera, a la de ya -desde ayer y hasta nuevo aviso- 200 millones de dólares diarios al mercado mediante subastas a un tipo de cambio mínimo equivalente al FIX determinado el día hábil inmediato anterior más 1.5%.
El instrumento en cuestión, aclaró la mencionada Comisión, ya se ha utilizado con éxito en otros episodios de volatilidad transitoria en los mercados financieros, siendo su objetivo principal proveer de liquidez al mercado cambiario en caso de que ello llegare a ser necesario.
Por su parte, el Comité Técnico del Fondo Mexicano del Petróleo para la Estabilización y el Desarrollo sesionó por segunda ocasión el día 8 de diciembre del presente año. Sus integrantes aprobaron lineamientos generales para la apertura y manejo de cuentas en el Banco de México y en otras instituciones financieras que tendrán como propósito la recepción, administración y distribución de los ingresos de las asignaciones y los contratos. Asimismo, el Comité facultó al Fiduciario para llevar a cabo las transferencias ordinarias a los Fondos de Estabilización, a otros destinos específicos y a la Tesorería de la Federación para cubrir el Presupuesto de Egresos de la Federación, conforme a lo establecido en la Ley. Con estas aprobaciones se garantiza que el Fondo Mexicano del Petróleo cuente con las herramientas necesarias para el cumplimiento de sus funciones a partir del 1 de enero del 2015.
También fueron aprobados los lineamientos para evitar cualquier conflicto de interés que pudiera suscitarse en el manejo de los recursos entre el Banco de México y el Fondo Mexicano del Petróleo. La aprobación de estos instrumentos asegura la rendición de cuentas y el manejo transparente de los recursos provenientes de los contratos y asignaciones para la exploración y extracción de hidrocarburos.
O sea, señoras y señores, el comportamiento del mercado cambiario y el desplome de los precios del petróleo obligaron al “Gabinete del México próspero…” a accionar las alarmas de emergencia.
En la Agenda Confidencial del 24 de octubre pasado se afirmó: “México no está en quiebra” y, entre otros argumentos, se publicó lo siguiente:
“Vivimos tiempos revueltos desde hace muchos años, y el presidente Peña Nieto no recibió como herencia un país seguro, próspero, justo, equitativo y democrático. Por el contrario, la inseguridad y la violencia son el escenario cotidiano en muchas zonas del país; la economía no ha escapado a la tendencia internacional que amenaza recesión; la injusticia y la inequidad lesionan a millones de compatriotas, y la democracia sigue siendo un ideal casi inalcanzable. (…) Pero si la sabiduría popular no está del todo equivocada, hay que repetir el refrán: ‘Nunca está más oscuro que cuando va a amanecer’. Amén”.
Hoy, el escenario nacional sigue oscuro y, por lo visto, el amanecer está muy lejano.