BELÉN. Bajo el lema “Esta Navidad solo quiero justicia”, miles de palestinos abarrotaron hoy la plaza del Pesebre en Belén para inaugurar oficialmente la Navidad junto al lugar en el que según la tradición cristiana nació hace más de 2,000 años Jesús de Nazaret.
En un ambiente tan festivo como reivindicativo, el primer ministro palestino, Rami Hamdala, encendió el enorme abeto de luces que presidirá la entrada a la basílica de la Natividad hasta el próximo siete de enero, fecha en la que los ortodoxos celebran el nacimiento divino.
Antes, el árbol, decorado con miles de luces y bolas con los colores de la bandera de Palestina, fue bendecido por los representantes en Tierra Santa del Vaticano y de las distintas iglesias ortodoxas.
“Disfrutar del inicio de la Navidad en Belén es increíble. Como cristiana, siento una vibración especial en este ambiente, tan cerca de donde Jesús nació”, explicó Don Smith, un peregrino llegado de Arkansas, EU.
Similares sentimientos expresó Sally, una empresaria palestina que apura estos días para iniciar un nuevo negocio de recuerdos, pese al parón que ha sufrido el sector a causa de ofensiva israelí contra Gaza el pasado verano y la oleada de violencia que en los últimos meses ha sacudido Israel.
“Los palestinos estamos acostumbrados a sufrir. Pero también somos un pueblo que sabemos luchar contra la adversidad. Yo sobre todo confío en el Señor, que nació aquí, y que nos enseña que no hay que bajar los brazos”, afirmó.
“Es Navidad, un periodo muy especial, en particular para nosotros los cristianos. Este árbol no será tan bonito ni grande como otros que se ponen en Estados Unidos o Europa, pero significa mucho más. Aquí nació Jesús”, recalcó.
La ofensiva en Gaza costó la vida a más de 2,100 personas, en su gran mayoría civiles palestinos, causó heridas a más de 11.000 y dejó una enorme estela de destrucción en la ya de por si depauperada franja palestina.
Según cifras de la comunidad internacional, se necesitarán cerca de dos décadas para recuperar la normalidad en un estrecho tramo de costa en el que se apilan cerca de dos millones de personas, y una inversión superior a los 5.000 millones de euros.
Para ellos tuvo palabras de aliento hoy el primer ministro palestino, quien recordó la necesidad de que todo el pueblo, cristianos y musulmanes, cisjordanos y gazatíes, se mantengan unidos pese a las dificultades “en pos de un anhelo común, la libertad de Palestina”.
A sus palabras sucedieron varios villancicos interpretados por Luna, una de las artistas de moda en Palestina, el coro de Belén y un grupo de rock, acompañado de los gaiteros de la asociación “scout” de Belén.
Plagada de peregrinos, algunos llegados incluso de China, las canciones navideñas, los disfraces de Santa Claus y los recuerdos de Adviento dominaban la pequeña ciudad de Belén este primer sábado de preparativos para la Navidad dedicado sobre todo a los niños.
Acabada la ceremonia, muchos de ellos se acercaron al gran pesebre que domina la plaza y se subieron a la plataforma del árbol para fotografiarse y esconder también, de forma furtiva, la carta a los Reyes Magos.
“Aquí llega antes, porque los reyes vienen a buscarlas”, explicaban Celia y Vega, dos niñas españolas de visita con sus padres en la ciudad del nacimiento de Jesús, en la que hoy arrancó la Navidad.