BUENOS AIRES. La presidenta argentina, Cristina Fernández, cargó contra los “secuaces judiciales” en medio de una ofensiva de la Justicia sobre altos funcionarios, durante un acto el que criticó también el “terrorismo de mercado” e insistió en la intención de Argentina de pagar sus deudas.

 

Fernández arremetió con dureza contra el poder judicial pero no se refirió en ningún momento a Amado Boudou, el primer vicepresidente en activo que se sentará en el banquillo por corrupción y que apareció en primera fila, a su derecha, en un acto en la Casa Rosada, ni mencionó tampoco las investigaciones por presuntas irregularidades en una de sus propias empresas.

 

La presidenta denunció que “a los sicarios mediáticos se unen algunos secuaces judiciales” y salió en defensa del ministro de Justicia, Julio Alak, citado por un juez a indagatoria coincidiendo con el debate parlamentario de la reforma del Código Penal.

 

“Le llaman ese mismo día (al ministro), tal vez para intimidarle a él o a mí”, agregó durante el acto oficial en conmemoración de los 31 años de democracia en Argentina, deslucido por una tormenta que obligó a Fernández a pronunciar su discurso en la Casa Rosada y no en la Plaza de Mayo como estaba inicialmente previsto.