La normalización de relaciones entre Estados Unidos y Cuba representa un tanque de oxígeno al régimen castrista, en momentos que enfrentaba sombrías expectativas políticas y económicas, consideró hoy el diario The Washington Post.

 

En un duro editorial a propósito del anuncio del presidente estadunidense Barack Obama, el rotativo, un frecuente defensor de las políticas del mandatario, dijo que con la apertura de embajadas en sus respectivas capitales, Obama dio a La Habana “un amplio auxilio financiero”.

 

Obama puede seguir afirmando que ha desmantelado una política fallida de más de 50 años; lo que ha hecho realmente es darle a un régimen fracasado de 50 años nueva vida”, sentenció en su opinión principal.

 

Para el diario, lo que el mandatario hizo el miércoles fue conceder al régimen cubano todo lo que estaba en su lista de deseos y Obama podía otorgar con su poder.

 

Esto incluyó además de la normalización de relaciones, la revisión de la designación de Cuba como promotor del terrorismo y fin de restricciones sobre la inversión de Estados Unidos y la mayoría de los viajes a Cuba.

 

Indicó que esa liberalización proporcionará al régimen castrista los ingresos que “necesita desesperadamente y eliminarán la ventaja de Estados Unidos a la hora de implementar las reformas políticas”.

 

Si bien el diario dio la bienvenida a la liberación del contratista estadunidense Alan Gross, sugirió que su detención cinco años atrás fue una maniobra de Cuba para usar su caso como arma de negociación a fin de lograr un eventual relajamiento en la política de Estados Unidos.

 

“Aunque Obama intentó retratar la liberación de Gross como independiente respecto al intercambio de espías, no cabe ninguna duda de que el aparato de inteligencia radical de Cuba obtuvo exactamente lo que buscaba cuando hizo de Gross un rehén de facto”, apuntó.

 

Aún más, argumentó que si bien el embargo y la política de aislamiento no han dado los resultados que se esperaban, el cambio radical ordenado por Obama no debió haberse dado sin mayores concesiones de Cuba.

 

“El hecho de que el embargo no haya logrado destruir el comunismo no explica por qué todas las sanciones deberían levantarse sin concesiones políticas significativas por parte de Cuba”, indicó.

 

El diario desestimó igualmente la noción de que el cambio mejorará las relaciones de Estados Unidos con Latinoamérica, donde el tema del embargo comercial contra la isla ha sido fuente de fricciones, calificando la expectativa de ingenua, y en cambio sentará un negativo precedente.

 

“Los países que previamente exigieron el fin de las sanciones de Estados Unidos contra Cuba ahora no esperarán las reformas de La Habana, al contrario, presionarán a la administración Obama para que no sancione a Venezuela”, precisó.

 

El diario recordó que la normalización de relaciones con Vietnam dos décadas atrás, fracasó en materializar las expectativas de una mejora gradual en las condiciones de los vietnamitas y sólo ha beneficiado a ese régimen.

 

Anticipó que un resultado similar al de Vietnam es lo que espera el régimen castrista, en la persona de miles de turistas e inversión empresarial estadunidenses “que permitirán al régimen mantener su sistema totalitario indefinidamente”.  DM