BERLÍN. El ejército alemán y los servicios secretos de ese país han colaborado en los asesinatos selectivos de líderes talibanes en Afganistán, según informaciones difundidas por el periódico Bild y que se remiten a documentos secretos. Citando como fuente documentos de la OTAN, también Der Spiegel,  reportó que Alemania fue uno de los países que agregaron nombres de insurgentes a la llamada Lista Conjunta de Efectos Prioritarios, o JPEL, de la alianza.

 

Según Bild, el general Markus Kneip, comandante alemán en Afganistán en 2011 y hoy asesor de la ministra de Defensa, Ursula von der Leyen, participó en la definición de “objetivos” dentro de los operativos para eliminar a individuos.

 

Alemania tenía el tercer contingente más grande participando en la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF, por sus siglas en inglés) en Afganistán, que concluyó este año. Su participación en la misión fue puesta en entredicho por muchos en Alemania, en parte porque fue vista como un regreso al pasado militarista del país.

 

El diario habla de un organigrama que apunta a que en el cuartel general alemán de Mazar-e-Sharif funcionaba una unidad cuya misión era recabar datos sobre las personas susceptibles de ser eliminadas.

 

Esos datos eran proporcionados posteriormente a Kneip, que debía dar su consentimiento sobre la inclusión de nombres concretos en una llamada “lista de la muerte” de los aliados estadounidenses.

 

El Bild también asegura que el Servicio de Inteligencia Alemán (BND) pudo proporcionar a EU datos para ubicar al líder talibán Quari Yusuf, cuyo nombre estaba en dicha “lista de la muerte”.

 

En las directivas del BND se autoriza incluso a los agentes una participación directa en asesinatos selectivos en el caso de que estos sean necesarios para evitar un atentado.

 

Las informaciones del popular rotativo fueron parcialmente confirmadas a la agencia alemana de noticias dpa por el general Egon Ramms, excomandante del cuartel general de la OTAN en Afganistán, según el cual el ejército germano trabajó con tales “objetivos” o “listas de asesinatos”.

 

“Se pueden describir como listas de la OTAN, ya que se trabajó con ellas tanto a escala de comandos regionales en Afganistán como en el cuartel general de la ISAF”, apunta Ramms, en declaraciones a ese medio.

 

Las revelaciones de Bild han desatado una ola de críticas en la oposición, integrada por La Izquierda y Los Verdes, que imputan al Ejército alemán colaboración con asesinatos selectivos en Afganistán. Jan van Aken, un legislador del Partido Izquierda, pidió una “investigación exhaustiva”. “Necesita aclararse con prontitud si el ejército alemán o la BND participaron en asesinatos selectivos como parte de la misión de la ISAF”, dijo la legisladora del Partido Verde Agnieszka Brugger.

 

El teniente coronel Markus Beck, vocero del ejército, dijo a la Agencia Associated Press que aunque la información recolectada por las fuerzas alemanas en Afganistán fue incluida en la JPEL, los insurgentes nombrados por Alemania fueron señalados sólo para detención.

 

Al preguntarse sobre un reporte de Bild que cita a un comandante alemán que pide que un insurgente sea detenido o “neutralizado”, Beck aseveró que para la OTAN, ello significa que el objetivo debe volverse “inefectivo o inutilizable por determinado periodo”, no asesinado.

 

Beck agregó que los otros miembros de la OTAN podrían haber usado la lista, con más de 650 nombres, cuando llevaban a cabo sus propias misiones.

 

“No puede descartarse que las operaciones contra personas objetivo en Afganistán que no se realizaron dentro de la estructura de mando de la ISAF usaran información suministrada por la ISAF”, dijo.

 

Una funcionaria de seguridad confirmó que la BND suministró información relacionada con Afganistán a agencias de espionaje aliadas, pero sólo bajo la condición de que no fuera usada para tortura, propósitos policiacos regulares o para justificar sentencias de muerte.

 

La funcionaria, que habló bajo condición de anonimato debido a la delicadeza de su trabajo, dijo que la información sólo podía usarse para justificar el uso de la fuerza si el blanco representaba una amenaza inminente.