Alrededor de 30 mil sirios se han refugiado en Líbano, Turquía y Jordania, y unos 200 mil se han desplazado dentro del territorio sirio, afirmó hoy el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

 

Sin embargo, de acuerdo con el nuevo coordinador del ACNUR para los refugiados sirios, Panos Moumtzis, se teme que “el número de desplazados internos sea mucho más elevado”.

 

Moumtzis, en rueda de prensa en Ginebra, expresó su preocupación por la seguridad de los desplazados internos en Siria, especialmente por aquellos que han tenido que dejar las zonas más asediadas y pueden ser objeto de persecución de las fuerzas armadas.

 

“Para ofrecerles protección y asistencia, el acceso es clave”, afirmó Moumtzis, quien señaló que los desplazados de localidades como Homs, Hama, Idlib y Deir al-Zor se han tenido que guarecer en las zonas rurales de las afueras de Damasco.

 

En cuanto a los refugiados, explicó que la mayoría se ha dirigido a Turquía, donde unos 13 mil sirios permanecen desde hace casi un año en campamentos, mientras que Líbano acoge a más de 10 mil refugiados y Jordania a siete mil.

 

Moumtzis, quien acaba de ser designado por el Alto Comisionado para Refugiados, António Guterres, elogió a los gobiernos turco, libanés y jordano por mantener su política de “fronteras abiertas” con Siria.

 

Human Rights Watch (HRW), por su parte, denunció este martes el sembrado de minas terrestres y antipersonales en las fronteras de Turquía y Líbano, lo que pone en riesgo a miles de civiles especialmente mujeres y niños que huyen del conflicto.

 

Según un comunicado de HRW, las minas de origen ruso son consideradas como un arma ineficaz que la mayoría de las veces hiere o mata a civiles, incluso tiempo después de terminado el conflicto.

 

HRW instó al Ejército sirio a dejar de usar estas “armas inhumanas” y llamó al gobierno para que empiece su labor de desminado asesorado por expertos.

 

Según HRW, Siria es el cuarto gobierno del mundo que ha usado minas antipersonales desde enero de 2011, junto a la Libia de Muamar Gadafi, Israel y Birmania.

 

“Cualquier uso de minas antipersonales es inmoral e injusto”, afirmó el director de la división de armamento de HRW, Steve Goose, quien opinó que es “absolutamente injustificable el uso indiscriminado de estas armas por cualquier país, en cualquier lugar y con cualquier motivo”. (Notimex)