El calendario astronómico de 2015 se estrena mañana con las Cuadrántidas, una lluvia de estrellas que, si bien este año no tiene muy buen pronóstico, tendrá su máximo la noche del 3 al 4 de enero a las 3:00 horas peninsular.

 

Las lluvias de estrellas se producen cuando la traza de partículas de polvo y rocas que dejan los cometas en su órbita entran en la atmósfera de la Tierra y se volatilizan produciendo un efecto luminoso: los meteoritos.

 

Aunque la mayor parte de las lluvias de estrellas tienen su origen en un cometa, algunas proceden de asteroides (cometas exhaustos que han perdido todos sus elementos volátiles).

 

Este asteroide fue descubierto en 2003 por Peter Jenniskens como un cuerpo menor del sistema solar, ha explicado a Efe Javier Armentia, director del Planetario de Pamplona.

 

Por las características, se propuso que puede ser un cometa extinguido, un tipo de cuerpo que existe en el sistema solar: un cometa acaba “gastándose” debido a continuos pasos cerca del Sol que subliman los materiales volátiles.

 

Al final, un cometa puede acabar quedándose como una roca más o menos estable, perdiendo la característica coma o envoltura y consecuentemente la cola de gas o polvo.

 

Las fechas habituales de esta lluvia de estrellas son del 1 al 5 de enero pero el máximo se prevé para la noche del 3 al 4.

 

Será un máximo “estrecho”, ya que durará unas pocas horas, ha relatado Armentia.

 

“Para colmo este año el día 5 es plenilunio, así que habrá bastante Luna en el cielo: esto hace que las más débiles (que son muchas más que las más brillantes) no se puedan distinguir bien”.

 

No obstante, las previsiones indican que la intensidad de esta lluvia rondará los 50/100 meteoros por hora.

 

Para verlas, mejor desde la medianoche y hasta el amanecer, en sitios oscuros, lejos de la contaminación lumínica.

 

“Es la primera y este año no tiene buen pronóstico, pero siempre se ha dicho que las cuadrántidas, cuando las pillas, son impresionantes”, ha señalado el director del Planetario de Pamplona.

 

A lo largo de 2015 habrá más oportunidades de observar este impresionante fenómeno, entre ellas las Líridas -las estrellas fugaces de abril-; las ETA Acuáridas de mayo; las Delta Acuáridas entre finales de julio y principios de agosto; las Perseidas de agosto, las Dracónidas y Oriónidas de octubre; las Taúridas y Leónidas de noviembre y las Gemínidas de diciembre.

 

Las siguientes en asomar al cielo después de las cuadrántidas de mañana seránlas Líridas.

 

Éstas acostumbran a ser brillantes, muchas veces dejan estelas y son conocidas por arrebatos poco comunes que multiplican su tasa de meteoros observables.

 

Siempre es aconsejable disponer de un gran campo de visión por la elevada velocidad a la que las “estrellas fugaces” atraviesan el cielo, por lo que los telescopios y los prismáticos en este caso pueden causar un efecto contrario en su observación. Los propios ojos se convierten en el mejor aliado.

 

 

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