Integrantes de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), en coordinación con familiares de personas desaparecidas en la entidad, reportaron ayer indicios de lo que pudiera tratarse de una nueva fosa clandestina y vestigios de lo que sospechan fue un campamento del crimen organizado en Cocula, Guerrero.
Aunque oficialmente las autoridades no confirmaron dicho hallazgo, en el lugar ubicado en inmediaciones del segundo basurero que el personal ministerial de la PGR mantiene bajo resguardo para su investigación, localizaron un socavón con restos de ropa y varias llantas con rasgos de haber sido calcinadas.
Consultado por 24 HORAS, Bruno Placido Valerio, coordinador de la UPOEG, refirió que había sido personal de la policía comunitaria quienes laborando en la zona encontraron “esos indicios”, sin embargo indicó que desde el fin de semana hasta ayer no se había confirmado el hallazgo de cadáveres o restos humanos que pudieran confirmar que se trate de un entierro clandestino. Además sostuvo que “deben ser las autoridades quienes corroboren” lo encontrado en la zona.
Ayer, personal ministerial reanudó las excavaciones en esa zona donde se presume pudieron haberse ubicado alguna célula delictiva o en todo caso pudieron ser ocultos los cadáveres de sus víctimas. Según el reporte este nuevo hallazgo se localiza en las faldas del cerro de Cocula, apenas a unos metros de donde la PGR mantenía los trabajos de búsqueda como parte de la investigación para dar con los 42 estudiantes normalistas de Ayotzinapa desaparecidos.
Como parte de estos nuevos trabajos, integrantes de la comisión de familiares de víctimas desaparecidas que colaboran conjuntamente con la UPOEG instaron a las autoridades a la exhumación de los restos óseos localizados en los entierros clandestinos localizados en el paraje Monte Hored en mayo pasado por personal de la Fiscalía estatal a fin de identificar a las víctimas que fueron abandonas en ese lugar.