“¡No me presionen!”, gritaba irritado el presidente José López Portillo (1976-1982) cuando algunos medios -sobre todo impresos- enfrentaban la férrea censura y el autoritarismo del viejo priismo del siglo XX, y se atrevían a señalar sus muchos errores.

 

La misma encolerizada expresión utilizaba JLP en reuniones de gabinete, cuando algunos -muy contados- secretarios de Estado le sugerían ajustes y modificaciones, para intentar el reordenamiento de la política económica, que padecía la errática “conducción” del frívolo y caprichoso abogado aprendiz de economista.

 

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Inmediatamente después de una de esas reuniones perdieron sus puestos, en forma simultánea, mediante ceses fulminantes, los secretarios de Hacienda, Julio Rodolfo Moctezuma, y de Programación y Presupuesto, Carlos Tello, quienes habían hecho propuestas absolutamente distintas entre sí y además diferentes a las políticas públicas en materia económica y financiera que López Portillo se negaba a modificar.

 

Hoy, después de dos largos años transcurridos de este sexenio en que el presidente Enrique Peña Nieto ha mostrado una tenaz resistencia al cambio, no resulta extraño que algunos viejos observadores que sobreviven en la tribu recuerden, preocupados, el colérico grito: “¡No me presionen!”.

 

Bueno, en su mensaje de Año Nuevo, el presidente Enrique Peña Nieto afirmó estar convencido de que “México no puede seguir igual; el país debe cambiar…”, dijo. Prueba de ello es que está iniciando el año con siete acciones a favor de la economía familiar, las cuales detalló:

 

Al iniciar 2015 bajaron las tarifas de luz en todo el país, tanto para los hogares como para los negocios; gracias a la reforma energética, por primera vez, comienza a bajar el costo de la electricidad que pagan las familias. Además, a partir de este momento, en 2015, ya no habrá gasolinazos; gracias a la reforma hacendaria, por primera vez en cinco años ya no habrá incrementos mensuales a los precios de la gasolina, el diésel y el gas LP.

 

Las familias mexicanas también dejarán de pagar larga distancia en sus llamadas telefónicas dentro del país; gracias a la reforma de telecomunicaciones, por primera vez toda llamada nacional será como una llamada local.

 

Igualmente, en 2015 los beneficios de las reformas acompañarán a más mexicanos en su día a día, ya que más de 10 millones de familias de escasos recursos recibirán una televisión digital totalmente gratuita.

 

Para que la juventud mexicana tenga nuevos caminos de éxito y realización, este mes se pondrá en marcha el mayor programa de impulso a los jóvenes emprendedores de México. Gracias a la reforma financiera, recordó, se podrá apoyar a los mexicanos de 18 a 30 años que quieran abrir un negocio o hacer crecer el que ya tienen.

 

Además, se va a acelerar la construcción de viviendas dignas, para que más familias puedan tener un hogar propio. Este mes se lanzará un paquete de medidas fiscales y de financiamiento para impulsar el desarrollo de vivienda.

 

Y, finalmente, a partir del primer día de este año las actividades agropecuarias de Chiapas, Guerrero y Oaxaca ya cuentan con un trato fiscal preferencial. México es uno solo. El empleo, el desarrollo y la prosperidad tienen que llegar a todas las regiones del país, y hoy el sur se encuentra rezagado y requiere apoyos adicionales. Por eso, muy pronto también se crearán tres zonas económicas especiales para incentivar la actividad económica y generar empleos en el Istmo de Tehuantepec, en los municipios colindantes con el Puerto de Lázaro Cárdenas, en Michoacán y Guerrero; así como en Puerto Chiapas.

 

Todas estas buenas noticias para la economía familiar son el inicio de un mejor año para México, dijo el presidente Peña Nieto, quien prometió seguir trabajando con determinación, firmeza y claridad en el rumbo, poniendo todas las reformas en acción.

 

¡Para qué cambiar de rumbo si vamos tan bien!, podría ser la conclusión.