PARÍS. Hayat Boumeddiene, la esposa del yihadista autor de un secuestro el viernes en París y la mujer más buscada en Francia en la actualidad, podría encontrarse en Siria tras haber viajado a Turquía antes de los ataques.

 

En la foto que reproduce su rostro en millares de copias y distribuidas por las televisoras francesas solo se entrevé una chica muy blanca, triste, y hasta desvalida. Hayat de 26 años fue cómplice en las acciones violentas de su pareja, Amedy Coulibaly, el hombre negro de 32 años que tomó el viernes un mercado kosher en París y murió acribillado por la policía después de que el terrorista mató a cuatro de sus rehenes.

 

Las fuerzas de seguridad buscan en todo el país intentando precisar su paradero. Pero las cosas comienzan a complicarse. Si bien hasta el viernes se sostenía que Hayat estaba con su pareja en el mercado de donde habría escapado, ahora surgió la versión de que habría dejado el país días antes de que se cometieran los crímenes.

 

Según fuentes de la policía francesa los investigadores están también detrás de esa posibilidad. Las primeras indicaciones señalarían que la mujer partió el 2 de enero y se encuentra probablemente en Siria. Su Pareja Coulibaly, había dicho antes de morir que se adhería al Estado Islámico.

 

Hayat había conocido a Amedy durante una de sus entradas a la cárcel. El hombre fue un veterano delincuente común que traficaba drogas. La joven pertenecía a la organización yihadista radical Beghal que trata de convertir al integrismo violento a los presos comunes. Una foto que circula por las redes sociales la muestra cubierta con una burka que apenas descubre su mirada apuntando con una ballesta y acompañada por el dirigente terrorista Damiel Beghal, un franco-argelino preso por terrorismo.

 

Hayat trabajaba como cajera en un supermercado y fue despedida por negarse a dejar de utilizar el velo islámico. Luego se casó con Amedy en una ceremonia religiosa pero no civil. Su historia es una de marginalidad. Cuando era niña murió su madre y, abandonada por su padre, pasó dos años al cuidado de los servicios sociales.