PARÍS. A dos semanas después que 17 personas murieran a manos de milicias islamistas, y advirtiendo sobre el nivel alto de amenaza tras el ataque islamista más mortal en suelo francés, el primer ministro de Francia, Manuel Valls, dijo que su gobierno contrataría hasta el año 2018 a dos 680 nuevos elementos de policía y de los sectores de justicia, inteligencia y defensa.

 

También se buscará la colaboración de decenas de clérigos musulmanes para trabajar con potenciales milicianos en las repletas cárceles francesas.

 

“La lucha contra el terrorismo, el yihadismo y el Islam radical será un largo trayecto”, dijo Valls en una conferencia de prensa luego de que las medidas fueras acordadas por el gabinete del presidente Francois Hollande.

 

“La primera necesidad es que reforcemos los activos humanos y materiales de nuestros servicios de inteligencia”, dijo Valls, quien luego de los ataques de entre el 7 y 9 de enero reconoció que hubo “déficits” en los planes de control y justicia.

 

Pese al anuncio de un gasto adicional de 425 millones de euros (492 millones de dólares), Valls dijo que Francia respetará los compromisos en las finanzas públicas que hizo a sus socios de la Unión Europea.

 

Ante estas medidas, el gobierno dijo que recortará siete mil 500 puestos menos de los previstos en el sector de defensa desde el 2015 al 2019 en respuesta a las necesidades de seguridad.

 

Ex militares, yihadistas en Siria e Irak

 

 

 

En tanto, el ministro de Defensa, Jean-Yves Le Drian, confirmó que más de una decena de los yihadistas franceses enrolados en grupos integristas en Siria o Irak son ex militares del Ejército francés. Según la información facilitada por las autoridades francesas, unos mil 300 franceses están vinculados a los grupos integristas que combaten en Siria e Irak, como el Estado Islámico.

 

En total, Francia cree que necesita vigilar a unos tres mil de sus nacionales, lo que supone “un desafío terrible” tanto para París como para sus socios europeos, indicó el primer ministro, Manuel Valls.