El ex presidente Felipe Calderón Hinojosa ya pasó a las páginas de la historia de México como el “Perfecto Fracasado II”, podría decir Roberto Madrazo. Quiso prolongar su presencia en el escenario nacional de la grilla desde su confortable refugio académico extranjero jugando las pocas cartas que le quedaban y las perdió.

 

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Fracasó en el intento de imponer como candidato de su partido para las elecciones presidenciales de julio de 2012 al fallido delfín Ernesto Cordero Arroyo, titular consecutivo de la Secretaría de Desarrollo Social y de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

 

Fracasó también cuando la candidata panista Josefina Vázquez Mota -quien había pertenecido a su gabinete secretaria de Educación Pública- quedó en el tercer lugar de las votaciones.

 

Calderón terminó el sexenio sin lograr digerir del todo su fracaso mayor: el de abrir, al presidente de la República surgido del PRI, las puertas de la residencia oficial de Los Pinos.

 

Asimismo, Calderón había fracasado anteriormente -en diciembre de 2010- durante el proceso de elección interna del PAN para designar al presidente del Comité Ejecutivo Nacional, cuando lanzó como débil candidato de última hora a su secretario particular Roberto Gil Zuarth, quien no logró imponerse a Gustavo Madero Muñoz, que resultó electo para un periodo de tres años.

 

Enfrentado en el año 2012 con las dos figuras representativas de su partido -el dirigente nacional y la candidata presidencial-, Felipe Calderón maniobró para evitar daños políticos mayores y colocó en el ajedrez algunas piezas que adquirieron fuerza en las elecciones generales del domingo 1 de julio de aquel año. Así, obtuvieron escaños plurinominales en el Senado los calderonistas Ernesto Cordero, Roberto Gil Zuarth, Javier Lozano -ex secretario del Trabajo y Previsión Social- y Luisa María Calderón Hinojosa, Cocoa, a quien su hermano no pudo imponer como gobernadora de Michoacán ya que perdió las elecciones de noviembre de 2011.

 

Ya como ex presidente de la República, Calderón siguió dirigiendo la guerra antimaderista a control remoto. Su apuesta -y la de su grupo- fue impedir en diciembre del 2013 el intento de reelección de Gustavo Madero en la presidencia del partido. Para lograr el objetivo, los operadores políticos de Calderón, particularmente algunos senadores encabezados por Ernesto Cordero, pusieron en práctica una estrategia.

 

La guerra que los calderonistas mantuvieron en un grado de baja intensidad y que estaba hecha sobre todo de palabras, fue intensificada de pronto por Gustavo Madero con hechos que lo hicieron pasar de la condición de víctima a la de victimario, al remover de la coordinación de la bancada panista en el Senado a Ernesto Cordero Arroyo, principal vocero y representante de Calderón.

 

Puestos contra la pared, los senadores calderonistas -y otros no calderonistas pero sí antimaderistas- llenaron de insultos al dirigente panista quien, de inmediato, designó al gris colimense Jorge Luis Preciado Rodríguez como coordinador de los senadores de su partido.

 

A partir de esa designación, los defensores Cordero modificaron sus tácticas de enfrentamiento con Madero, porque no quisieron arriesgar las posiciones que varios de ellos ocupan al frente de comisiones senatoriales.

 

Ya en la desesperada y escondido tras las faldas de su esposa, el ex presidente pretendió demostrar aunque fuera un poquito de poder consiguiéndole una diputación “pluri”, y también fracasó.

 

Y a pesar de todo, Felipe Calderón quiere formar un nuevo partido. ¡Cuánta ingenuidad!

 

AGENDA PREVIA

 

En la VI Reunión Plenaria del PRI y PVEM se diseñará la ruta para la aprobación de las iniciativas del presidente Enrique Peña Nieto en materia de seguridad y acceso a la justicia, que deben ser procesadas con la agilidad que las circunstancias actuales lo ameritan, señaló el coordinador del Grupo Parlamentario del PRI, Emilio Gamboa.

 

Como era de esperarse, el PRI optó por Alejandro Moreno Cárdenas como su candidato de unidad para la gubernatura de Campeche.