PRAGA. El centro de arte contemporáneo DOX de Praga abrió hoy al público, en medio de especiales medidas de seguridad, una muestra monográfica sobre el semanario satírico francés Charlie Hebdo, víctima este mes de un ataque terrorista en el que murieron 12 personas.
En la galería se exhiben hasta el próximo 9 de marzo, bajo el lema “Journal (Ir)responsable“, las portadas de Hara-Kiri, el predecesor de Charlie Hebdo en los años 60 del siglo pasado, y que fue prohibido en varias ocasiones, hasta que cambió su nombre por el actual.
También hay portadas de finales de los 70 y comienzos de los 80, y a partir de 1991, cuando se reanudó la edición de esta publicación satírica.
Después de 2006 el semanario publicó varias caricaturas del profeta musulmán Mahoma, que provocaron la ira de islamistas radicales y el periódico recibió amenazas.
Charlie Hebdo ha pasado a convertirse en un símbolo de la libertad de expresión tras el atentado del 7 de enero pasado, en el que dos yihiadistas mataron a doce personas, incluidos su director, Stéphane Charbonnier, “Charb”, y sus cuatro caricaturistas más famosos.
Entre las portadas expuestas está también la del número posterior al atentado, en la que se puede ver a Mahoma con un cartel en el que dice “SoyCharlie” y el titular “Está todo perdonado”.
“Teníamos miedo de que a la inauguración viniera una masa de gente y surgiera una problema de seguridad. Hemos analizado la situación y tomado las medidas de seguridad interiores y exteriores necesarias”, declaró Leos Valka, fundador del centro, al diario Hospodarske Noviny.
En las medidas de seguridad para la muestra “han participado todos los cuerpos, desde la policía nacional a la urbana, y la unidad antiterrorista”, agregó.
La muestra, según Valka, pretende que el visitante saque sus propias conclusiones sobre la postura, pensamiento y humor de Charlie Hebdo.
“Llamemos como llamemos la postura de la revista -chocante, tonta, primitiva, mala, inadecuada, inteligente, provocadora o genial- se trata de algo basado en el humor. Y ningún tipo humor puede conllevar pena de horca en el siglo XXI”, valoró el checo.
DEC