SEÚL. Corea del Norte ha reforzado los castigos y la vigilancia para evitar que sus ciudadanos vean The Interview, la comedia estadounidense que caricaturiza al líder Kim Jong-un, según informó hoy el diario online Daily NK.
Autoridades del gobernante Partido de los Trabajadores declararon en una conferencia reciente que quien sea sorprendido visualizando un filme de EU será enviado a un campo de trabajo, y a aquellos que lo difundan les espera la pena de muerte, afirmó Daily NK, que citó a un informante en el país comunista.
En el mismo evento, una de las autoridades se refirió indirectamente a The Interview al considerar “inconcebible para un norcoreano buscar y ver cualquier película que difama a nuestra más alta dignidad”, en referencia Kim Jong-un, según recoge el medio especializado en Corea del Norte.
La fuente aseguró que, curiosamente, se anunció benevolencia con los acusados de consumir series o música procedentes de la vecina Corea del Sur, contenidos que también están prohibidos y sujetos a duros castigos en el rígido Estado totalitario.
En todo caso, se espera que aumenten las redadas en casas particulares y en la frontera para tratar de evitar la entrada en el país de la película de Seth Rogen y James Franco.
Una organización surcoreana contraria el régimen de Kim Jong-un anunció a finales de diciembre que enviaría copias de la película en DVD a través de globos en la frontera, aunque finalmente no lo hizo a petición del Gobierno de Seúl.
Mientras, se cree que otras ONG y comerciantes podrían estar introduciendo el filme a través de la frontera con China, principal fuente de abastecimiento de los mercados norcoreanos de compraventa de productos, cada vez más arraigados en el país desde el colapso del sistema de distribución estatal en los 90.
The Interview ha generado duras críticas de Corea del Norte, que la considera un insulto a la “dignidad suprema” del país, mientras EU ha aumentado sus sanciones a Pyongyang al considerar que estuvo detrás del ciberataque sufrido en noviembre por la productora Sony Pictures Entertainment.
El Gobierno norcoreano también solicitó las pasadas semanas a Camboya y Birmania prohibir las ventas y la proyección de la película, prueba de que el régimen ve con extrema seriedad la comedia que relata una trama estadounidense para acabar con la vida de su líder.