Al iniciar las actividades que en el mes de febrero se dedicarán a la Cruzada Nacional contra el Hambre, el presidente Enrique Peña Nieto se refirió a los críticos de su gobierno que lo censuran por no tener rumbo claro ni metas precisas.

 

Dijo el jefe del Ejecutivo federal en Ciudad Hidalgo, Michoacán, el martes 4 de febrero:

 

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“El gobierno de la República tiene muy clara su misión y objetivos claramente identificados desde que inició la administración. No venimos improvisando, ni venimos resolviendo, ni venimos inventando acciones a partir del día a día. Tenemos claramente identificados los objetivos y las metas que nos hemos propuesto alcanzar.”

 

Pues sí y no, reviran los aguafiestas.

 

Si Peña Nieto se refiere al primer año y medio de su sexenio, puede aceptarse. Todo estuvo muy clarito hasta que el Pacto por México recibió cristiana sepultura después de dejar planchaditas las reformas estructurales.

 

Donde las cosas comenzaron a salirse de control fue en el complicado segundo semestre del año 2014, que terminó en una crisis de desprestigio y censura casi unánime a un gobierno que fue azotado por una tormenta perfecta de desventuras que no parecen tener fin cuando ya estamos en febrero de 2015: el precio del petróleo cayó estrepitosamente; la economía decreció; 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa desaparecieron, lo que detonó una bomba política de alcance nacional e internacional; explotó también el polémico asunto de la casa blanca de Las Lomas, la casa de Malinalco y la casa de Ixtapan de la Sal, que podrían configurar conflicto de interés para Enrique Peña Nieto, su esposa y el secretario de Hacienda; la licitación del tren rápido México-Querétaro se convirtió en una penosa comedia de equivocaciones, y para poner la cereza en el pastel, el gobierno se vio forzado a recortar el gasto público 2015.

 

Lo peor del caso es que el cúmulo de problemas paralizó al gobierno y los funcionarios públicos comenzaron a dar palos de ciego para aplacar a los demonios desatados.

 

Por otra parte, es necesario preguntar: ¿por qué tiene que ser negativa la capacidad gubernamental para improvisar ante los imprevistos e inventar nuevas acciones en el día a día? ¿No se supone que los gobernantes están preparados para hacer frente a lo que venga?

 

Con la pena, pero de hoy en adelante no habrá guion que valga para el gobierno federal. Todo tendrá que ser capacidad de comprensión de los problemas y velocidad de reacción para encontrar soluciones.

 

AGENDA PREVIA

 

Cuéntaselo a quien más confianza le tengas, fue la recomendación de los informantes: El Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE) pretende lanzar la convocatoria de venta de los nueve ingenios que actualmente administra el Fondo de Empresas Expropiadas del Sector Azucarero (FEESA) para el próximo mes de mayo; el gobierno federal pretende concluir todo el proceso en julio, apenas unos meses antes de que inicie el siguiente ciclo azucarero. Precisaron que armaran cuatro paquetes que serían: 1) El Modelo y San Miguelito (ambos ubicados en Veracruz); 2) San Cristóbal y Atencingo (el primero asentado en Veracruz y el segundo en Puebla); 3) Plan de San Luis (en San Luis Potosí) iría solo, y 4) Emiliano Zapata y Casasano (ubicados en Morelos).

 

Se dice que por lo menos cinco importantes grupos de inversionistas -entre ellos dos nacionales- han manifestado su interés por participar en la compra de las fábricas en cuestión. El gobierno pretende obtener entre 800 y 900 millones de dólares por todos.

 

El diputado Antonio Cuéllar Steffan, del Partido Verde, señaló que la CNTE no privilegia el diálogo y la negociación, por lo que debe aplicarse la ley para cesar a los maestros disidentes por faltar tres días seguidos a su trabajo. Lo que no dijo es que los funcionarios del gobierno federal encargados del diálogo son medio ineptos.