ATENAS. El político conservador Prokopis Pavlópulos fue elegido hoy nuevo presidente de la República griega con el amplio respaldo del Parlamento.

 

Pavlópulos reunió 233 votos de los partidos de la coalición gubernamental y de los conservadores.

 

En la votación estuvieron presentes 295 parlamentarios de los 300 que conforman la Cámara, donde a Pavlópulos le bastaban 180 apoyos para superar la elección en esta primera ronda.

 

El otro candidato, Nikos Alivizatos, propuesto por el partido opositor centrista “To Potami” (El Río), consiguió 30 votos y el resto de diputados, un total de 32, optaron por confirmar su presencia en la sesión.

 

En la votación, que fue nominal, los diputados pronunciaban en voz alta el nombre de uno de los dos candidatos o únicamente confirmaban su presencia en el hemiciclo, ya que la ley no prevé el voto en contra para la elección del presidente.

 

Como se esperaba, Pavlópulos contó con el apoyo de los diputados del Gobierno -de la coalición izquierdista Syriza y sus socios nacionalistas de Griegos Independientes- así como con el de su partido, el conservador Nueva Democracia.

 

Los neonazis de Amanecer Dorado y los comunistas del KKE manifestaron su presencia al no poder votar explícitamente en contra de los candidatos.

 

El centrista To Potami (El Río) y los socialdemócratas de Pasok dieron su respaldo al candidato propuesto por To Potami, el catedrático de Derecho Constitucional Alivizatos.

 

Pavlópulos, de 64 años, fue ministro de Interior en dos ocasiones, desde 2004 hasta 2009, con los Gobiernos del conservador Kostas Karamanlís, un periodo por el que ha recibido duras críticas por “colocar” a numerosos amigos y correligionarios.

 

Antes ejerció como portavoz del Gobierno de unidad nacional de Xenofón Zolotas, que duró cinco meses entre 1989 y 1990, y siguió siendo diputado hasta esta última legislatura, ya que no concurrió como candidato a los comicios del pasado 25 de enero.

 

Pavlópulos destaca por ser una figura de consenso, pues representa al ala más moderada de la conservadora Nueva Democracia.  DM