Los mexicanos comemos mucho y nos alimentamos poco. Con un consumo promedio anual de 163 litros de refresco por persona y 19 kilos de pastelillos y galletas, el 30% de los niños nacidos en la generación 2010 desarrollarán diabetes a lo largo de su vida y para 2050 un 15% de los adolescentes tendrá esta enfermedad, revelan proyecciones basadas en las cifras de obesidad de los últimos 50 años.
El Departamento de Epidemiología de la Universidad de Michigan elaboró en 2014 una proyección sobre diabetes y otras enfermedades para niños nacidos en 2010. Para elaborar este cálculo utilizó variables, como la incidencia (la velocidad en la que van apareciendo los casos) y la prevalencia de estos casos, de 2005 a la fecha, específicamente con datos de la Secretaría de Salud de México.
De acuerdo con este estudio, los niños mexicanos nacidos a partir de 2010 tienen una probabilidad de 36.7% de desarrollar esta enfermedad y uno de cada 3 (30%) lo hará en algún momento de su vida.
El problema, explicó en conferencia el médico Joel Rodríguez Saldaña, director del Centro Multidisciplinario de Diabetes, es que hemos perdido los hábitos alimenticios saludables de nuestros abuelos, los hemos cambiado por el consumo de comida procesada (que nos llena pero no nos nutre) y rechazamos alimentos que sí son nutritivos, como las verduras.
“Somos los mayores consumidores de comida chatarra, pastelillos y refrescos en el mundo y esto significa el abandono de alimentos naturales. Esta es una de las principales causas del sobrepeso, obesidad y la diabetes en nuestro país”, explicó.
“Nos dicen verduras y pensamos en un ramo de brócoli gigante cuando hay muchas formas de comer alimentos nutritivos, el problema es que los adultos no sabemos cómo comer y muchas veces nos vemos influenciados por la mercadotecnia”, señaló.
Adicción al azúcar
Según el especialista en diabetes, el reto empieza desde el vientre de la mujer embarazada, pues el consumo de carbohidratos y glucosa activa en el cerebro del feto las mismas neuronas de placer que drogas ilegales, como la cocaína. Así, el alto consumo de azúcar de la madre propicia una adicción en el bebé antes de que comience a comer por sí mismo.
Ayer, especialistas y activistas de la Alianza por la Salud presentaron la campaña “Hoy qué comieron tus hijos”, para alertar sobre la incidencia de diabetes juvenil en los adolescentes mexicanos. De acuerdo con la organización, los padres de familia no buscan alimentar a sus hijos con comida chatarra y lo que sucede en realidad es que no saben cómo alimentarlos de manera nutritiva.
Por ejemplo, muchos confían en los cereales de caja para el desayuno, señaló Alejandro Calvillo del Poder del Consumidor. Estos cereales se ven atractivos y engañan a los consumidores prometiendo vitaminas y minerales añadidos, cuando en realidad sólo son harinas, azúcares y colorantes.
Un desayuno basado en esta comida es más probable que primero induzca al Síndrome de Déficit de Atención, por los químicos que contienen los colorantes, que a una nutrición adecuada.
El problema está en los etiquetados que aprobó la Comisión Federal contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) como parte de la Estrategia Nacional contra el Sobepeso y la Obesidad, anunciada por el gobierno federal en 2013, pues no dejan claro el alto contenido de azúcar de estos alimentos.
“El etiquetado frontal de las empresas en productos como el refresco no era entendible y establecía un criterio de azúcares totales de 90 gramos por día. Ahora ya ni en gramos dice cuánta azúcar traen, lo dicen en calorías pero nadie entiende: convertir las calorías en número de cucharadas de azúcar es muy difícil. Ese etiquetado frontal lo volvió oficial la Cofepris”, señaló.
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